Una nueva especie se descubre cada tres días en la Amazonia, incluyendo ranas con dibujos de llamas en la cabeza o loros calvos, pero la “temible perspectiva” de la desaparición de esta biodiversidad preocupa al mundo científico reunido en Nagoya (Japón).

Uakari | Wikipedia

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Actualmente, la diversidad biológica está mejor documentada que nunca, trátese de zonas desérticas, selvas u océanos, pero los numerosos estudios realizados llegan todos a la misma conclusión: ciertas actividades humanas constituyen una preocupante amenaza para esta imprescindible biodiversidad.

En Amazonia se identificaron entre 1999 y 2009 más de 1.200 especies, según un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) publicado en Nagoya, donde tiene lugar la 10a Conferencia del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).

El sorprendente y colorido inventario del WWF presenta los descubrimientos recientes realizados en esta vasta cuenca, que abarca nueve países: 637 plantas, 257 peces, 216 anfibios, 55 reptiles, 16 pájaros y 39 mamíferos.

Un siluro gigante fue descubierto en 2005 en el río Amazonas. Otro espécimen de este “pez Goliat”, que medía un metro y medio y pesaba 32 kg fue capturado en 2007 en Venezuela.

En lo que respecta a los reptiles, una nueva especie de tortuga, 28 serpientes y 26 lagartos fueron descubiertos en la década que termina.

La descripción del loro calvo, en 2002, fue una verdadera sorpresa, subraya la organización ecologista. Según ella, los científicos se preguntan cómo se demoró tanto en descubrir un animal tan colorido y tan grande.

Un delfín de río boliviano, siete monos, dos puercoespines, ocho ratones y cinco ratas también forman de las nuevas especies de mamíferos identificados.

Al igual que otras partes del mundo, “esta región increíble se halla bajo presión debido a la actividad humana. El paisaje está cambiando rápidamente”, dijo durante una conferencia de prensa Francisco Ruiz, quien coordinó el informe de la WWF.

Después de siglos de una intervención humana muy limitada en este entorno, “en los últimos 50 años la humanidad ha causado la destrucción de al menos 17% de la selva amazónica”, señaló, subrayando que había una creciente demanda de tierra para ganadería, cultivo de soja y biocombustibles.

Para Jean-Christophe Vié, del programa de especies de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se corre “el riesgo de que la gente piense: ‘no hay porqué preocuparse ya que aparecen especies todos los días’. Pero, en realidad, no ‘aparecen’, se las descubre o describe, lo cual es muy distinto”, añade.

Según la UICN, en todo el mundo, una especie de anfibio sobre tres, un ave sobre ocho, más de un mamífero sobre cinco corren el riesgo de extinguirse.

Las negociaciones internacionales para frenar el alarmante ritmo de desaparición de especies en la Tierra chocaron con desacuerdos entre países ricos y pobres durante la primera semana de discusiones en Nagoya que concluyó el domingo.