El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, afirmó este sábado en Londres querer restablecer la verdad con los casi 400.000 documentos secretos de las fuerzas estadounidenses que revelan numerosos casos de torturas cometidos por los iraquíes y ocultados por ellas.

“La revelación (de los documentos) apunta a establecer la verdad”, dijo Assange en una conferencia de prensa.

“Esperamos corregir algunos ataques contra la verdad que se dieron antes de la guerra, durante la guerra y que continúan mucho después de terminada la guerra”, agregó en respuesta a las acusaciones de Washington.

La secretraria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, condenó la filtración de todo documento pudiendo poner en peligro “la vida de los soldados y de los civiles de Estados Unidos y de sus aliados”.

El ministerio británico de Defensa también dijo que la difusión masiva “puede representar un riesgo para la vida de las tropas británicas y las de nuestros aliados y hacer la misión de las fuerzas armadas más difícil y más peligrosa en el conjunto de los teatros de operaciones”.

“No sería apropiado especular sobre los detalles específicos de estos documentos sin más investigación, mientras prosigue la investigación sobre Irak”, agregó el ministerio, en referencia a los trabajos de una comisión independiente encargada de determinar las circunstancias de la participación británica en Irak junto a Estados Unidos.

El portavoz de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, anunció por su parte la próxima difusión de 15.000 nuevos documentos militares estadounidenses sobre la guerra de Afganistán prometidos el pasado verano.

“WikiLeaks sólo ha usado un informe de cada seis de todos los documentos relativos a Afganistán (…) Los informes van a salir pronto”, precisó.

Calificados por WikiLeaks como las “filtraciones más masivas de toda la historia del ejército estadounidense”, los casi 400.000 documentos difundidos el viernes por la web muestran que el ejército norteamericano “no hizo nada” para impedir casos de tortura cometidos por las fuerzas iraquíes.

Más aún, los documentos denuncian “numerosos casos de crímenes de guerra” cometidos por las fuerzas estadounidenses, como “la muerte de personas que trataban de rendirse”, siempre según WikiLeaks.

Los documentos muestran también que al menos 109.000 personas, de las cuales 63% civiles, fueron muertas en Irak desde la invasión estadounidense en marzo de 2003 y hasta fines de 2009.

Sobre los 66.000 muertos civiles, 15.000 muertos habían sido ocultados.

En Bagdad, el primer ministro iraquí saliente Nuri Al Maliki vio en la publicación de estos documentso una “campaña mediática” de sus opositores políticos.

Por su parte, el ministerio iraquí de los Derechos Humanos afirmó que no constituían “una sorpresa”.

“Los documento no han sido una sorpresa para nosotros, pues ya habíamos mencionado varios de los hechos evocados, incluyendo lo que pasó en la prisión Abú Graib, lo mismo que otros casos implicando a fuerzas estadounidenses”, declaró a la AFP el portavoz del ministerio, Kamel Al Amin.

El relator especial de la ONU sobre la tortura, Manfred Nowak, llamó al presidente estadounidense Barack Obama a iniciar una investigación.

“El presidente Obama llegó al poder prometiendo un cambio … El presidente Obama tiene la obligación de tratar los casos pasados. Tiene la obligación de investigar”, dijo el relator a la radio BBC 4.

Phil Shiner, abogado representante de la organización de defensa de los derechos civiles Public Interest Lawyers, indicó que las fuerzas británicas en Irak podrían esta implicadas “en varios abusos documentados (…) susceptibles de procesos en los tribunales británicos”.