En el ex jefe de Finanzas del Gobierno Regional de Valparaíso, Lorenzo Leiva, centró la tesorera del organismo, Pamela Villaroel, la responsabilidad por las irregularidades al interior de la unidad que permitieron la defraudación fiscal por más de mil millones de pesos.

Según especificó la funcionaria a la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados que analiza este tema, Leiva disponía tanto de los procedimientos internos como del poder que se entregaba a cada uno de los funcionarios de la unidad, incluso por sobre las atribuciones propias del cargo.

Contradiciendo las versiones entregadas anteriormente por Lorenzo Leiva y Jaime Lorca, contador del departamento, aseguró que ambos mantenían una estrecha relación de amistad, junto a sus respectivas parejas (Harajá Mancilla y Carolina Muñoz), ambas miembros del mismo equipo de trabajo. A este cuarteto se sumaría, además, la secretaria de Leiva, Inés Varas.

Afirmó que el grupo mantenía reuniones en las que no participaban otros funcionarios del departamento de Finanzas y que, habitualmente, almorzaban juntos en restoranes que, a su juicio, difícilmente podría costear diariamente un funcionario público. Indicó también que, desde mediados del año 2009, se pudo apreciar en estas personas la adquisición de una serie de bienes, tales como celulares de última tecnología, ropa costosa y autos nuevos.

Pamela Villarroel afirmó que ninguno de los cheques defraudados pasaron por sus manos y que sólo tuvo conocimiento de ellos el 19 de abril de este año, cuando le fueron presentados por la Contraloría. Según especificó, la firma de Jaime Lorca estaba en todos ellos.