El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, elogió este miércoles el anuncio de liberación de 52 presos políticos en Cuba, mientras el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, pidió más avances para que no haya ningún prisionero político en La Habana.

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“Me sentí tan feliz de que los cubanos soltaron a los presos, como cuando fui liberado de la cárcel en mayo de 1980″, dijo Lula en referencia al período del regimen militar brasileño.

“Dios quiera que todos los países suelten a los presos que son considerados presos políticos”, añadió el presidente brasileño, quien felicitó “a la Iglesia Católica en España, al gobierno cubano, y a todos los que luchan para liberar a algún preso en el mundo”.

Consultado por periodistas, Durao Barroso afirmó: “Esperamos que el diálogo en Cuba conduzca a la liberación de todos los prisioneros políticos. (…) Y creemos que esa es una convicición importante para nuestras relaciones con Cuba”.

Barroso afirmó que Europa defiende “una vinculación constructiva con Cuba” y abogó por un “diálogo político constructivo y abierto” para “abordar las dificultades” entre ambos, aunque, advirtió, “para eso es esencial que Cuba respete los derechos humanos”.

El arresto y condena de 75 opositores en 2003, hecho conocido como “primavera negra”, dio inicio a una época de tensiones entre Cuba y la Unión Europea (UE), que impuso sanciones levantadas por gestión de España en 2008 a la espera de avances en derechos humanos.

Lula visitó Cuba el pasado 23 de febrero cuando se reunió con Fidel Castro, un viaje que coincidió con la muerte en huelga de hambre del preso opositor Orlando Zapata.

El mandatario brasileño fue entonces duramente criticado por la prensa de su país y por la disidencia cubana por no defender más enfáticamente los derechos humanos en la isla comunista