Es casi tan potente como el viagra, pero al contrario que las pequeñas pastillas azules, la planta sudafricana “bangalala”, no se encuentra en farmacias, y también es difícil de detectar, incluso para el potente laboratorio antidopaje del Mundial 2010.

Según un estudio realizado en 12 países africanos, más del 30% de los atletas utilizan la conocida en Sudáfrica como muti, la medicina tradicional, que también estará presente en la gran fiesta del balón que comienza el viernes.

En el estadio Soccer City de Johannesburgo, donde se inaugurará el campeonato mundial el viernes, un buey fue sacrificado por curanderos tradicionales y brujos, que invocaron a antepasados y dioses para bendecir los diez estadios del país donde se desarrollarán los partidos.

Mientras que las creencias en la medicina tradicional sigue siendo fuertes, ya que hasta un 70% de los sudafricanos consultará en algún momento a alguno de los 200.000 curanderos que hay en el país, el conocimiento científico acerca de la misma sobre sus efectos en el fútbol sigue siendo pequeño.

“Tenemos que confesar que no sabemos mucho acerca de ella”, afirma el jefe médico de la FIFA, Michel D’Hooghe, que se refiere a los efectos estimulantes o diuréticos que pueden tener algunas plantas, aunque se muestra confiado en que la medicina tradicional no será un problema en el Mundial.

La FIFA generalmente evita comentar las tradiciones o supersticiones que envuelven a todos los equipos del mundo, como, por ejemplo, que el portero francés Fabien Barthez dejara, durante el Mundial de 1998 que ganó Francia, al defensa Laurent Blanc besar su calva antes de cada saque inicial.

Muchos jugadores hacen el signo de la cruz cuando entran en el terreno de juego, el Barcelona tiene una capilla en su estadio y el brasileño Kaká es famoso por llevar una camiseta con el lema “pertenezco a Jesús” bajo su elástica de juego.

La FIFA sólo se quejó el pasado año en Suazilandia cuando alguien cavó un hoyo y enterró los despojos de un pollo quemado en medio de un nuevo terreno de juego.

La mayor parte del muti en Sudáfrica tiene forma de pociones herbales o bálsamos, que algunas veces incluyen partes de animales o sangre, para mejorar el rendimiento o curar lesiones. Algunos jugadores pueden incluso llevar un pequeño muti talismán durante el partido.

Pieter van der Merwe, jefe del Laboratorio Sudafricano para el Control del Dopaje, dijo que los jugadores podrían no saber exactamente qué están consumiendo cuando van a ver a un curandero.

“El problema es que si esa persona está tomando medicinas tradicionales y no sabe lo que es, siempre hay el riesgo de que dé positivo en un control antidopaje sin saberlo”, afirmó Van der Merwe.

Más de 100 compuestos químicos prohibidos por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) están en la lista negra del laboratorio oficial antidopaje del Mundial 2010.

Las pruebas aleatorias de orina pueden ser examinadas en busca de compuestos como los anabolizantes los esteroides o los estimulantes, pero los expertos creen que algunos principios activos en ciertas medicinas tradicionales podrían ser indetectables.

“Es muy improbable que organismos como la AMA o la FIFA tengan base de datos con medicinas tradicionales africanas”, dice Winton Hawksworth del South African Institute for Drug Free Sport.

“Personalmente, no creo que haya que preocuparse mucho, ya que estoy convencido de que no hay muchas pruebas científicas que puedan apoyar que la medicina tradicional africana puede mejorar el rendimiento” del jugador, concluyó.