En nuestro país, la prevalencia de la obesidad infantil ha experimentado un fuerte aumento durante los últimos años. Mientras en 2005 afectaba al 7.1% de los menores de 6 años, en 2007 esta cifra se elevó a un 9.6%, según datos que maneja el Departamento de Estadísticas e Informaciones de Salud del MINSAL y, lo peor, es que ésta sigue en alza.
Por ello, la nutricionista Jessica Madrid señala que este problema se ha convertido en la “verdadera epidemia” del siglo XX, por lo que es necesario un enfoque multisectorial para enfrentarlo y frenarlo, liderado por autoridades de gobierno, salud, municipios e instituciones educacionales.
La especialista explica que en Chile esta tendencia comenzó en los años 70 con el aumento del nivel de vida, que se relaciona con altos niveles de sedentarismo –el 89.2 % de los chilenos es sedentario según la encuesta INE-MINSAL de 2006- y el consumo generalizado de alimentos ricos en calorías, rápidos de consumir y de bajo costo: “Este cambio de paradigma contribuyó al aumento de peso en la población, ya que se consumen más calorías de las necesarias”.
Para reforzar este cambio, la experta da 10 consejos que te permitirán mejorar la calidad de vida de tu familia en relación a una alimentación saludable:
1.- Debes saber que en la mayoría de las veces éstos patrones alimentarios son transmitidos de padres a hijos, favoreciendo la aparición temprana de la obesidad: “cada vez es más frecuente ver cómo los padres permiten y fomentan el consumo de alimentos chatarra en sus hijos, enviándolos como colaciones desde la edad preescolar. Esta costumbre debes cambiarla desde ya para mejorar la calidad de vida de tus hijos.
2.- Muchos padres también utilizan los alimentos como premio frente a conductas esperadas (“si te portas bien te compro helado”), o asocian los momentos divertidos de la familia a comida chatarra. Debemos erradicar estos comportamientos”, afirma la experta.
3.- Los padres deben tomar conciencia de que los niños consumen raciones pequeñas, por lo que no se les puede exigir que coman un plato del mismo tamaño del de un adulto.
4.- Tampoco se les debe obligar a comer sin hambre y se deben limitar al máximo las bebidas gaseosas y los postres de leche industriales.
5.- Otras conductas erradas que se dan con frecuencia en los hogares chilenos y que de se deben evitar son comer frente al televisor, comer demasiado rápido, saltarse las comidas o consumir alimentos procesados de alto valor energético en vez de comidas casera.
6.- Para erradicar estas malas prácticas, se recomienda como primera medida eliminar la comida chatarra de los hábitos alimentarios, ya que contiene muchas grasas, azúcares refinados y sal.
7.- Asimismo, los padres deben adoptar hábitos saludables e inculcarlos desde los primeros meses de vida de sus hijos: “cuando un niño comienza con su alimentación complementaria, a los 6 meses de edad, no debe comer sal, se deben incorporar todas las frutas y verduras a su dieta y utilizar solo carnes magras, dejando de lado los postres o bebidas azucaradas. De esta manera, el niño aprenderá a comer correctamente”, puntualiza.
8.- Al momento de elegir un establecimiento educacional o jardín infantil, la nutricionista recomienda a los padres cerciorarse del tipo de alimentación que entregan con el objetivo de reforzar las buenas conductas alimenticias enseñadas en casa.
9.- Asimismo, las colaciones deben ser saludables, compuestas preferentemente por frutas naturales, jugos de frutas, lácteos semidescremados o descremados como yogurt, queso fresco o quesillo, semillas sin sal como maní, nueces y almendras o alimentos que aporten proteínas, vitaminas, fibras y minerales pero que mantengan un bajo contenido de grasas.
10.- Por último, la experta asegura que algunos ejemplos de colaciones saludables son: 1 fruta más un yogurt batido chico, que aportan un total de 180 Kcal; 1 yogurt batido grande (150 Kcal), almendras sin sal 26 unidades (147Kcal), nueces 5 unidades (152 Kcal), ½ pan marraqueta con palta (182 Kcal) o un jugo larga vida con azúcar de 200 cc (112 Kcal)”, concluye.