En Caleta Lenga en la Región del Bío-Bío sus habitantes reflejan la fuerza y la unión de sus pescadores artesanales que se las ingenian para seguir trabajando en el mar.
“La pesca es una herencia familiar”. Con estas palabras Jaqueline Moraga refleja la vida de muchas familias de las zonas costeras de Chile. Personas que pese a todo lo ocurrido en estos 2 meses desde el terremoto se las arreglan como pueden para seguir produciendo.
Su hermana Jéssica Gutiérrez es otras de las damnificadas, ya que el día del terremoto el mar entró por el río donde muchos tenían sus embarcaciones.”Mi bote quedó destruido” lamenta.
Son más de 12 familias que viven aquí en la Caleta Chica de Lenga, y que también necesitan soluciones, pese a que reconocen que los terrenos no son de su propiedad. Además aseguran que necesitan un lugar donde botar la basura.
Pero aunque estas mujeres peridieron sus botes, al menos Jessica sigue saliendo al mar gracias a la solidaridad de sus vecinos y a la fuerza tan propia de los pescadores. “Voy a seguir en el mar toda mi vida” manifiesta esperanzada.
La unión de los vecinos de Caleta Chica de Lenga aliviana la carga del trabajo y lo hace maś llevadero, juntos levantan locales destruidos, reparan las embarcaciones y pasan entre todo momentos de alegría.