Decenas de miles de personas conmemoraron este sábado en Ereván el 95º aniversario del inicio de las matanzas de armenios cometidas en los estertores del Imperio Otomano, en un clima de nuevas tensiones con Turquía, que niega que esas masacres hayan sido un genocidio.

Los asistentes marcharon en procesión bajo la llovizna que caía en la capital armenia para colocar flores en un memorial en honor de los masacrados.

Los armenios sostienen que 1,5 millones de los suyos fueron asesinados sistemáticamente entre 1915 y 1917, en el momento en que se estaba desmoronando el Imperio Otomano.

Turquía niega tajantemente que aquello fuera un genocidio, y mantiene que entre 300.000 y 500.000 armenios, y al menos otros tantos turcos, murieron en un conflicto civil cuando los armenios tomaron las armas en el este de Anatolia para apoyar a las tropas invasoras rusas durante la I Guerra Mundial. La cuestión ha envenenado las relaciones bilaterales durante décadas.

El año pasado se emprendieron esfuerzos sin precedentes por la reconciliación. Sin embargo, el jueves pasado Armenia anunció la congelación de la ratificación de unos acuerdos de normalización, acusando a Turquía de querer imponerle condiciones previas.

El presidente armenio, Serzh Sarkisian, que asistió a una ceremonia en el memorial junto al patriarca de la Iglesia Apostólica Armenia, Karekin II, dijo en un comunicado que considera inevitable el reconocimiento internacional de que esas matanzas constituyeron un genocidio.

“Damos las gracias a todos aquellos que, en muchos países, incluida Turquía, comprenden la importancia de prevenir los crímenes contra la humanidad y que están con nosotros en esta lucha. Este proceso goza de un impulso inevitable, para el que no hay alternativa”, señaló.

Por primera vez en Turquía, este sábado estaba prevista una manifestación organizada por intelectuales y defensores de los derechos humanos en recuerdo de los armenios masacrados por el Imperio Otomano.