10 años después del accidente de un Concorde cuando despegaba de París rumbo a Nueva York, en el que murieron 113 personas, se abrirá el juicio en Francia para determinar las responsabilidades de esa catástrofe aérea que puso fin al mito del avión supersónico.
6 acusados deberán responder a partir del martes ante el Tribunal Correccional de Pontoise, al norte de París.
El 25 de julio del 2000, 2 minutos después de despegar rumbo a Nueva York, un Concorde de Air France se estrellaba contra un hotel en la localidad de Gonesse, causando la muerte de las 109 personas que iban a bordo, en su mayoría alemanes, y 4 en tierra.
La Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA), autoridad francesa encargada de los aspectos técnicos del accidente, elaboró su informe al cabo de 18 meses, pero la instrucción del sumario penal demoró 8 años.
Las investigaciones de la BEA concluyeron en que el accidente fue provocado por una lámina de titanio que se había desprendido de un avión DC10 de Continental Airlines, que acababa de despegar en el aeropuerto parisino Charles de Gaulle.
Una rueda del Concorde estalló después de pasar sobre esa lámina. Las piezas expelidas por la deflagración agujerearon el depósito de combustible, lo que provocó un escape de carburante y un incendio. Acto seguido, se estrellaba por 1º vez un ejemplar del emblemático avión.
La compañía aérea estadounidense Continental Airlines, 2 de sus empleados, 2 ex responsables del programa Concorde y un ex responsable de la Dirección General de Aviación Civil (DGCA), garante de la seguridad del transporte aéreo, fueron procesados por homicidio involuntario.
Continental Airlines negó cualquier responsabilidad y afirma que el aparato se incendió antes de pisar la lámina en cuestión.
Air France es acusación civil pues su responsabilidad penal fue descartada, aún si la BEA evidenció desperfectos en el mantenimiento de sus Concorde.
Tras el accidente, los Concorde de Air France y de British Airways permanecieron 15 meses en tierra. Y tras reanudar sus vuelos por poco tiempo, dejaron de volar en 2003.
Entre los demandantes civiles estarán unas pocas familias de pasajeros del avión. La gran mayoría renunció a una demanda tras cobrar una importante indemnización.