El presidente Barack Obama colocó la creación de empleo al frente de las prioridades de su gobierno, en su primer discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso, con el que convocó a revivir la esperanza en el cambio en un país agobiado por la economía.
Ante los legisladores estadounidenses reunidos en la Cámara de Representantes, y seguido por millones de personas por televisión, tanto en Estados Unidos como en el extranjero, Obama sentenció: “lo peor de la tormenta ya pasó, pero la devastación queda”, dijo el mandatario.
Obama intentó tranquilizar así a sus compatriotas, enfrentados a un desempleo por encima del 10% y niveles elevados de pérdida del salario real, al afirmar que las acciones de su gobierno evitaron una recesión tan grave como la de la década del 30 del siglo pasado.
El mandatario intentó mostrar su determinación por traer mayor bienestar económico, durante su discurso de más de una hora que fue interrumpido en muchas oportunidades por aplausos de los demócratas y algunas protestas de los republicanos.
“En estos momentos, sé que hay muchos estadounidenses que no están seguros de que pueden creer en un cambio, o al menos de que yo puedo lograrlo”, dijo el mandatario, que observa una caída de su popularidad en las encuestas por debajo del 50%.
Pero afirmó: “Nunca he estado más esperanzado acerca del futuro de Estados Unidos que esta noche. A pesar de nuestras penurias, nuestra unión es fuerte. No nos rendimos. No renunciamos”.
“Los empleos deben ser nuestro principal objetivo en 2010, y por eso es que estoy pidiendo una ley para crear nuevos empleos esta noche”, declaró Obama, quien se convirtió hace un año en el primer mandatario negro de Estados Unidos preconizando el cambio.
Propuso “tomar 30.000 millones de dólares del dinero que ha sido devuelto por los bancos de Wall Street y usarlo en bancos comunitarios para otorgar los créditos que necesitan las pequeñas empresas para subsistir”.
Asimismo, Obama prometió que en los próximos cinco años “se duplicarán las exportaciones” lo que permitirá sostener “dos millones de empleos en Estados Unidos”.
En el ámbito comercial, afirmó que su país “incrementará sus relaciones” con Asia y con “socios clave” como Corea del Sur, Panamá y Colombia, aun cuando no dio su apoyo tácito a los Tratados de Libre Comercio con esos tres países que aún deben ser ratificados por el Congreso.
El mandatario dijo que será inflexible con Wall Street y advirtió al Congreso que no promulgará una ley de regulación financiera si carece de una “reforma real”.
Como estaba previsto, el mandatario propondrá congelar por tres años una parte del gasto doméstico, con el fin de economizar 250.000 millones de dólares y reducir el déficit, que durante el año fiscal de 2009 escaló a 1,4 billones de dólares, casi 10% del PIB.
Obama hizo una defensa encendida de su propuesta de reforma del sistema de salud, que se encuentra actualmente en un limbo legislativo luego de que los demócratas perdieran una silla clave en el Senado y con ella la mayoría calificada de 60 escaños para evitar obstrucciones republicanas.
Pero fue más bien tímido en cuanto a la reforma migratoria, sin una propuesta concreta. “Debemos seguir trabajando para arreglar nuestro quebrado sistema migratorio, reforzar nuestras fronteras y asegurar que todos los que sigan las reglas contribuyan a nuestra economía”, dijo.
Obama ha ofrecido una reforma migratoria que incluya la legalización con condiciones de unos 12 millones indocumentados que viven en Estados Unidos, la mayor parte de ellos hispanos.
En el ámbito internacional, Obama dijo que su país seguirá cooperando con Haití, devastado por un terromoto, mientras que lanzó advertencias a Irán y Corea del Norte de “consecuencias” si insisten con sus programas atómicos.
En cuanto a las dos guerras que libra Estados Unidos, Obama dijo que una “llegó a su fin”, la de Irak, de donde los soldados estadounidenses “están regresando”, y de la otra, en Afganistán, dijo “confiar con tener éxito”.
La respuesta republicana no se hizo esperar.
El congresista republicano Mario Diaz-Balart, encargado del mensaje de su partido en español, criticó al gobierno por el aumento del desempleo y advirtió que Obama no debe “seguir incrementando regulaciones y los impuestos excesivos. Eso solo logra eliminar empleos y dañar a las pequeñas empresas”.