Todos sabemos que cualquier objeto y la mayoría de los animales si son expuestos a bajas temperaturas se congelan. Sin embargo, no pasa lo mismo con algunos insectos, que pese a su frágil aspecto son capaces de soportar fríos intensos.

Y la prueba de ello es el reciente descubrimiento que hizo un grupo de científicos de la Universidad de Notre Dame, quienes encontraron una nueva clase de molécula anticongelante proveniente de un escarabajo de Alaska tolerante a las temperaturas extremadamente bajas.

Lo raro, según el portal Amazings.com, es que la molécula es distinta a todo lo anteriormente encontrado, pues no es una proteína, sino que posee sacáridos y ácidos grasos.

Ello significa, que la sustancia incluso se podría llegar a comercializar, ya que por su composición es posible ser fabricada.