Luis Yáñez, el eurodiputado español expulsado de Cuba el lunes, adonde iba de vacaciones, estimó este martes una “torpeza” y un “error” esta decisión, que según las autoridades cubanas se tomó debido a “leyes internas”.
El impedimento de entrada en la isla por parte de las autoridades del aeropuerto de La Habana el lunes de madrugada es “una torpeza y un error”, declaró este martes el eurodiputado socialista en una conferencia de prensa en Sevilla (sur de España).
“No sabía que un viaje privado de descanso de un diputado del Parlamento Europeo pudiera afectar a la seguridad nacional y la defensa de la soberanía de Cuba”, comentó Yáñez, que viajaba a la isla de vacaciones con su esposa, la diputada española Carmen Hermosín.
El eurodiputado aseguró no tener constancia de tener prohibida la entrada en Cuba ni de estar en ninguna “lista negra”.
Según los medios españoles, Yáñez defiende una actitud exigente frente al régimen cubano y mantiene contactos con algunos sectores de la disidencia, pero también apoya el acercamiento que preconiza Moratinos.
Cuba ya le denegó el visado de entrada en 2008 cuando Yáñez se disponía a participar en un acto de la oposición.
El eurodiputado indicó que el viaje era “privado”. Pero “como ciudadano libre que vive en un país democrático, no me autocensuraba para ver a quien quisiera ver en Cuba, con los únicos límites de que si esas personas eran del ámbito político, no fueran personas radicales y sí partidarias del diálogo y la reconciliación nacional; demócratas, en una palabra”, aclaró.
Yáñez, que dijo ser “crítico” con el gobierno cubano “como con otros gobiernos”, añadió que el embajador cubano en Madrid, convocado por el gobierno español, explicó que su viaje era “no inocente”.
El diplomático informó al ejecutivo español de que la expulsión fue “a consecuencia de la aplicación de leyes internas cubanas”, según un comunicado.
Sin embargo, el diputado pidió que su expulsión no interfiera en la búsqueda de un acercamiento de la Unión Europea (UE) con Cuba, como preconiza el gobierno socialista español, especialmente durante su actual presidencia semestral de la UE.
A este respecto, consideró “obsoleta” la posición común de la UE sobre la isla en la que pide pasos hacia la democratización y defendió “una nueva etapa de diálogo con Cuba para encontrar posiciones comunes que permitan una relación estable con perspectivas de futuro”, coincidiendo con la postura del canciller español, Miguel Angel Moratinos.