El Papa Benedicto XVI apeló el jueves a los cristianos del mundo entero a que ayuden a las “familias que todavía pasan por dificultades” por la crisis económica mundial, durante las tradicionales ceremonias del último día del año en la basílica de San Pedro.
El Papa alabó la ayuda ofrecida “con generosidad a tantos de aquellos que han llamado a los puertas” de las comunidades cristianas y deseó que este esfuerzo prosiga “ante las dificultades que afectan a tantas familias golpeadas por la crisis y el desempleo”.
En su última homilía de 2009, Benedicto XVI pidió que se preste especial atención a los pobres y a los marginados de Roma, y afirmó que está “espiritualmente cerca” de “todos aquellos que están en situación difícil” en la capital italiana.
También hizo un llamamiento a la vocación religiosa. Aconsejó a los jóvenes que construyan su futuro sobre “fundamentos sólidos”, en particular “sobre la roca que es Jesucristo”.
Y Benedicto XVI añadió que los jóvenes “no deben tener miedo de responder con la donación de su existencia al llamado que les lanza el Señor de seguirle por la vía del sacerdocio o de la vida consagrada”.