La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) condenó el viernes por amplia mayoría a la política nuclear de Irán, abriendo la vía a eventuales nuevas sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra la República Islámica.

La moción, que intima a Irán a “suspender inmediatamente” la construcción de su nuevo sitio de enriquecimiento de uranio en Fordoo, cerca de Qom, fue aprobada por los gobernadores de la AIEA reunidos en Viena por 25 votos a favor, 3 en contra (Cuba, Venezuela y Malasia) y 6 abstenciones (Afganistán, Brasil, Egipto, Pakistán, Sudáfrica y Turquía).

El consejo de gobernadores de la AIEA cuenta con 35 países. El representante de Azarbaiyán no votó, por estar ausente, precisaron los diplomáticos.

Esta resolución, la primera contra Irán desde febrero de 2006, será enviada al Consejo de Seguridad de la ONU, que podría adoptar nuevas sanciones contra Teherán.

La resolución “no tiene una intención punitiva” y aspira a dar “mayor ímpetu a la vía diplomática”, declaró el viernes Glyn Davis, embajador de Estados Unidos ante la AIEA, aunque advirtió: la paciencia de la comunidad internacional con Irán “se está acabando”.

La moción fue presentada por el llamado grupo de los Seis, que reúne a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU -Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña- y Alemania.

Para los Seis, se trata de aclarar el alcance del programa nuclear iraní, que Irán describe como meramente civil, aunque las grandes potencias sospechan que tiene objetivos militares.

La resolución de la AIEA una “amenaza de un proceso constructivo” de diálogo, declaró el representante de Irán ante el organismo de la ONU, Ali Asghar Soltanieh.

La resolución AIEA exige que Irán informe acerca de los objetivos de la planta de Fordoo y de su calendario de realización y que “confirme” que “no adoptó ninguna decisión respecto a la construcción o la autorización de ninguna instalación nuclear que no haya sido señalada a la AIEA”.

En septiembre 2008, Irán había dado garantías similares, pero un año después, ante la evidencia de fotos satelitales de los servicios norteamericanos, tuvo que reconocer la construcción del sitio de Fordoo.

El apoyo a la resolución de China y Rusia, hasta el momento reticentes a condenar a Irán, se interpretó como un signo de la frustración creciente de la comunidad internacional frente a Teherán.

En nombre de los Seis, el embajador alemán Rudiger Ludeking exhortó a los diplomáticos iraníes a “aceptar la mano tendida”.

“La resolución aprobada hoy por la junta de gobernadores de la AIEA envía la señal más fuerte posible a Irán”, declaró el ministro británico de Relaciones Exteriores, David Miliband, en un comunicado.

“Esperamos que Irán responda de modo significativo. Pero si está claro que Irán ha decidido no hacerlo, no tendremos más alternativa que ejercer más presión sobre Irán”, advirtió el ministro.

El jueves, el director general saliente de la AEIA, el egipcio Mohamed ElBaradei, acusado de ser demasiado moderado con Irán, dijo que estaba “decepcionado”.

“Hemos llegado a un punto muerto, a menos que Irán acepte comprometerse a cooperar plenamente con nosotros”, dijo.

El viernes, Soltanieh justificó el pesimismo de ElBaradei al decir en forma sibilina que Irán encaraba “otras opciones” que las avanzadas por el jefe de la AIEA.

“El tiempo es un factor esencial” para nuestro laboratorio de investigación médica y “si no tenemos respuesta positiva a nuestro pedido de enriquecimiento de uranio, no podemos esperar más, afirmó.

ElBaradei había propuesto que el 70% del uranio débilmente enriquecido de Irán fuese sometido a un proceso de enriquecimiento mayor en Rusia y luego transformado en Francia en combustible nuclear destinado a un reactor de investigación científica en Teherán.

Una “modalidad alternativa” contemplaba un almacenamiento del uranio en Turquía, un país amigo tanto de Irán como de las grandes potencias que habían dado su acuerdo a ese proyecto.