Anoche se desarrolló el segundo debate presidencial televisivo, en el que hubo fuego cruzado entre los candidatos a La Moneda.

Mientras Sebastián Piñera recibió nuevas críticas por parte de Jorge Arrate y Eduardo Frei por uso de información privilegiada, Marco Enríquez-Ominami cuestionó que el candidato de la Coalición por el Cambio no identifique a los partidos que lo respaldan en sus afiches.

Con el formato más distendido y también más extenso de los encuentros entre los 4 candidatos a La Moneda, el segundo debate presidencial televisivo comenzó con los postulantes algo nerviosos y acomodándose al estilo del programa.

Tal como en ocasiones anteriores, quien se vio relajado desde un comienzo fue el candidato del Juntos Podemos, Jorge Arrate.

El debate contemplaba preguntas de los entrevistadores Constanza Santa María y Daniel Matamala, del público asistente, otras de personas enviadas por internet, y también entre los propios candidatos.

El abanderado independiente, Marco Enríquez-Ominami, consultó a Arrate acerca de cómo enfrentó el arresto de Augusto Pinochet en Londres mientras era ministro de Eduardo Frei. En su respuesta, el candidato del Juntos Podemos aludió de manera subrepticia y con ironía al postulante de la Coalición por el Cambio, Sebastián Piñera.

En su turno Piñera le preguntó al candidato de la Concertación, Eduardo Frei, acerca de su indulto al narcotraficante Ángel Vargas Parga, logrando encender el debate.

Pero sin lugar a dudas el mayor embiste hasta ese momento lo propinó Enríquez-Ominami al acusar a Piñera de engañar a la ciudadanía, porque en el debate anterior de la Asociación Nacional de Prensa, el postulante de la Alianza aseguró que tenía claramente identificado al sector que lo respalda en cada uno de sus afiches.

De inmediato Sebastián Piñera retrucó al diputado independiente calificándolo de confrontacional.

La actitud del candidato de la Alianza, criticando a Enríquez-Ominami por las descalificaciones, molestó al senador Frei, ya que estimó que el propio Piñera es quien “dispara” constantemente contra el resto de los competidores, y sacó a relucir las acusaciones de uso de información privilegiada a la luz de los nuevos antecedentes revelados en la comisión investigadora de la Cámara de Diputados sobre mercados de valores.

Las polémicas continuaron, y en un punto que “se veía venir”, el candidato oficialista sacó al colación el tema de la separación de política y negocios, pero el abanderado de la oposición no se quedó callado.

En total 108 minutos de debate que tuvo espacio para la confrontación y también para lanzar algunas propuestas y establecer posturas en materias como la política exterior, el combate de la delincuencia y otros asuntos más triviales como que cada candidato planteara un defecto propio y luego una virtud que envidie de cada uno de los postulantes, aunque en ese último punto Frei no quiso pronunciarse por considerarlo poco relevante para la ciudadanía.