El presidente polaco Lech Kaczynski firmó este sábado el Tratado de Lisboa, oficializando con ello su ratificación por Polonia, en una ceremonia realizada en el palacio presidencial de Varsovia, constató la AFP.
Fuente: Agencia AFP
“El cambio de decisión del pueblo irlandés hizo que el Tratado retomara vida, y que ya no haya obstáculos para ratificarlo”, declaró Kaczynski y agregó que “hoy es un día muy importante para la historia de Polonia y de la Unión Europea”.
La ceremonia en el palacio presidencial congregó al presidente de la comisión Europea, José Manuel Barroso, al presidente del Parlamento europeo Jerzy Buzek, además del primer ministro sueco Fredrik Reinfeldt, cuyo país desempeña actualmente la presidencia semestral de la Unión Europea.
“El presidente Kaczynski ha sellado un capítulo muy importante para Polonia y la Unión Europea”, declaró Barroso.
Reinfeldt destacó igualmente la ratificación del Tratado por el presidente polaco, pero centró su atención en la República Checa, el último de los 27 países que no lo ha firmado.
“Hoy, la firma del presidente Kaczynski nos lleva un paso más cerca. Sin embargo la República Checa debe aún terminar el proceso, con la firma del presidente Klaus”, declaró.
Reinfeldt añadió que Europa aguarda ávidamente que eso ocurra. “No necesitamos un nuevo retardo”, añadió.
Tras la amplia victoria del “sí” en el referéndum irlandés y la firma del documento por el presidente Kaczynski, sólo la República Checa está pendiente de terminar el proceso de ratificación del reformador tratado de Lisboa.
Para que el texto entre en vigor, el jefe del Estado checo, Vaclav Klaus, debe firmar el documento ya ratificado por vía parlamentaria en su país.
Klaus, adversario declarado del Tratado de Lisboa, acaba de solicitar una derogación para su país, concerniente a la Carta europea de derechos fundamentales, para impedir toda restitución de los bienes de los alemanes de los Sudetes, confiscados tras la Segunda guerra mundial, en virtud de los decretos firmados por el presidente checoslovaco de aquel entonces, Edvard Benes (1884-1958).
La suerte del Tratado de Lisboa depende igualmente de una decisión de la Corte constitucional de la República Checa, que estudia un recurso contra el texto presentado por los aliados políticos del presidente.