En el cielo o en la tierra, aviones teledirigidos y robots terrestres están cambiando la cara de la guerra y el Ejército estadounidense recluta ávidamente a estos nuevos combatientes que no duermen ni sangran.

Las últimas innovaciones robóticas fueron elogiadas esta semana durante un salón profesional organizado por el Ejército estadounidense en Maryland (este de Estados Unidos), entre éstas, un helicóptero teledirigido y un pequeño robot que despliega su cuello para mirar por una ventana.

El helicóptero, bautizado “MQ-8B Fire Scout”, será puesto en servicio este año sobre una fragata, la USS McInerney, para ayudar a encontrar a los traficantes de droga en el océano Pacífico, según la Marina estadounidense.

Por su parte, el robot “Pakbot” es capaz de desactivar una carga explosiva gracias a un brazo teleguiado por soldados que están al abrigo del peligro.

Unos 2.500 ejemplares ya fueron desplegados en Irak y en Afganistán, donde las bombas artesanales puestas por los insurgentes son la primera causa de mortalidad de los soldados estadounidenses.

Una versión ligera de 6 kilos, que puede ser transportada en una mochila, está disponible, según la firma que las comercializa iRobot.

“Pienso que nos encontramos en el comienzo de una revolución teledirigida”, afirmó a la AFP Gary Kessler, que supervisa los programas de avión sin piloto para la Marina estadounidense.

Como otros funcionarios del Pentágono, Kessler no duda en comparar el advenimiento de estos robots con la aparición de los aviones o tanques, nuevas tecnologías que cambiaron la manera de comandar los conflictos.

En 2003 el Ejército estadounidense no poseía casi ningún robot en su arsenal. Hoy cuenta con al menos 10.000 vehículos terrestres así como con 7.000 dispositivos aéreos sin piloto, desde el pequeño Raven, que puede ser lanzado con la mano, al gigante Global Hawk, un avión espía de 13 metros de largo y 35 metros de envergadura capaz de volar a gran altitud durante 35 horas.

La Fuerza Aérea estadounidense, reticente al comienzo a estos dispositivos sin piloto, admite estar formando a más operadores de aviones teledirigidos que pilotos para sus bombarderos y sus aviones de combate.

Estos sistemas teledirigidos están presentes en Irak y en Afganistán, espiando al enemigo desde el cielo durante horas y lanzando misiles sin poner en peligro la vida de los soldados.

Los aviones teledirigidos Predator y Reaper, armados con misiles Hellfire de alta precisión, hacen regularmente incursiones en las zonas tribales del noroeste de Pakistán, donde se refugian los insurgentes talibanes y líderes de Al Qaida.

A comienzos de agosto uno de esos disparos habría matado al jefe de los talibanes pakistaníes, Baitullah Mehsud. Pero un número indeterminado de civiles murió igualmente en el curso de estos múltiples ataques, según las autoridades pakistaníes.

Los jóvenes soldados estadounidenses parecen adaptarse con facilidad a la manipulación de estos robots teleguiados, asegura un fabricante.

“Los soldados de hoy crecieron jugando a estos videojuegos, conocen este tipo de comandos. Esto reduce el tiempo de formación en estos sistemas”, explica Charlie Vaida, de iRobot, en referencia a la consola utilizada para comandar el Pakbot.

(AFP).