Un tribunal australiano reconoció el derecho de un hombre tetrapléjico de 49 años que desea morir a dejar de ser alimentado, una decisión que sienta precedente en la justicia de este país.

El Grupo de Cuidados Brightwater no será perseguido judicialmente si deja de alimentar e hidratar a Christian Rossiter, un tetrapléjico de 49 años que pidió que lo autorizaran a morir, decidió un juez.

“No se trata de eutanasia”, recalcó el juez, que consideró que el demandante, que no estaba moribundo, seguía teniendo su plena capacidad mental para decidir sobre la interrupción de su tratamiento.