Periodista científica y colaboradora de Magazine en BioBioChile
Sábado 18 enero de 2025 | Publicado a las 06:40
· Actualizado a las 17:30
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Resumen generado con Inteligencia Artificial y revisado por el autor de este artículo. Herramienta desarrollada por BioBioChile
En Latinoamérica habita una abeja única y especial, la Euglossini, conocida como “abeja de las orquídeas”. Este peculiar insecto destaca por sus colores metálicos y su hábito solitario, albergando más de 200 especies en Centroamérica y Sudamérica, principalmente en Colombia y Panamá. Expertos como Carlos Hernández Velez, biólogo colombiano, estudian esta especie fascinante que destaca por sus colores iridiscentes y la capacidad de crear atractivas esencias para atraer parejas. A pesar de no vivir en colmenas, las abejas de las orquídeas son polinizadores importantes cuya supervivencia se ve afectada por el cambio climático.
En el mundo existen unas 20.000 subespecies distintas de abejas, esparcidas entre 7 familias, pero en Latinoamérica vive una única y muy especial, se trata de la Euglossini, también conocida como “abeja de las orquídeas”.
No solo sorprende por su extraña apariencia en colores metálicos, también por su perfumada presencia, y porque, a diferencia de las abejas más comunes, no vive en colmenas, se mantiene solitaria.
Esta “tribu”, como le llaman los biólogos, de la familia Apidae, alberga más de 200 especies que habitan principalmente en Centroamérica y Sudamérica, siendo Colombia y Panamá donde viven más.
BiobioChile conversó con Carlos Hernández Velez, biólogo colombiano experto en esta especie, que participó como asesor de la segunda temporada de Bichos: una verdadera aventura en miniatura, programa de National Geographic que dedicó un capítulo a este curioso insecto.
“Casi todo lo que tienen estas abejas es fascinante, son totalmente raras, tienen colores iridiscentes, azules, verdes, morados, violetas, tornasolados, son solitarias, no producen miel, no tienen colmenas, son como independientes”, explicó.
Carlos es uno de los pocos biólogos en el mundo que se dedica a estudiar a la Euglossini, razón por la que NatGeo lo contactó, “yo respondí que claro que sí”, contó.
Conociendo a la Euglossini
Las abejas de las orquídeas son estéticamente muy especiales, tanto que hasta hoy los expertos se preguntan el porqué de sus colores y si es que tienen alguna utilidad para ellas.
“¿Por qué tienen ese color? Pues la respuesta estructural es que son capas del exoesqueleto. Tienen distinto grosor y la luz rebota de manera distinta y dan unos tonos de colores distintos. Esa es la razón física. Pero, ¿por qué se convirtió en adaptativa y benéfica en términos de la evolución? Sigue siendo un misterio”, dijo Hernández.
Otra característica curiosa de ellas, a la cual se atribuye su capacidad evolutiva, pese a que son solitarias, es que son muy buenas haciendo cócteles. Sí, la Euglossini puede mezclar aromas para atraer a una pareja.
Carlos explicó que “con una planta, un hongo, o una hoja por aquí, y un fruto por acá”, los machos crean esencias atrayentes que además son indicadores de qué tan saludables están y cuál es la calidad de sus genes. Si el aroma es convincente, son una pareja potencialmente deseable a ojos de las hembras.
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“Entonces hay una relación entre esa capacidad fina de distinguir perfumes y olores y que la descendencia sea saludable y numerosa. Entonces ahí sí hay una respuesta mucho más clara de su éxito biológico en términos de evolutivos”, aclaró el biólogo.
Las abejas de las orquídeas sí son polinizadores, aunque no viven en colmenas. “Son solitarias y es la hembra cuidando a sus crías por su cuenta, un grupito pequeño. Aunque a veces empiezan a ayudarse entre ellas”.
Al momento no hay claridad de su abundancia, pero sí se conocen algunos detalles de ciertas especies de Euglossini, que tienen distintas capacidades de supervivencia, considerando la crisis que actualmente enfrentan las abejas a raíz del cambio climático.
“Hay unas especies que resisten más cambios climáticos, que aguantan más el deterioro ecosistémico. Otras que son muy sensibles y con que desaparezca cierto tipo de planta o de recurso, se ven problemas. Entonces varía mucho por indicadoras también de los ecosistemas”, advirtió el experto.
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¿Por qué se llaman “abejas de las orquídeas”?
Las abejas de las orquídeas reciben este nombre porque se cree que han evolucionado a partir de esta flor, de hecho, los biólogos les atribuyen un fuerte vínculo.
“Algunas (orquídeas) pareciera que hubieran interactuado durante muchos millones de años con estas abejas. Porque casi que tenían una relación exclusiva. Tan exclusiva que el único polinizador de algunas orquídeas son estas abejas”, puntualiza Carlos.
“Entonces está más o menos comprobado el caso que hay algunas especies de orquídeas que dependen exclusivamente de estas abejas. Por esa relación tan cercana, se les dio ese nombre”, añade, aunque también se les llama “abejas de lengua larga”.
El experto también remarcó la importancia de las abejas, especialmente de las polinizadoras, que son clave para los ecosistemas. En este sentido, invitó a producir cultivos más responsables y cuidar el uso de insecticidas.
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“Hay otras fuentes, también, el deterioro de los ecosistemas, la pérdida de cobertura de bosques. A veces se ha discutido sobre los campos electromagnéticos. Entonces en general sí es importante. Hace unos 10 años y se vio un cambio preocupante”, dijo.
“Lo que se puede hacer es consumir de manera responsable con empresas que conocen y abordan este tema y no solo están interesadas en producir el alimento a cuesta de todo. Y que en las ciudades donde viven los humanos haya ofertas florales y se les permita a las abejas vivir y a otros polinizadores. Tener plantas, conectar, no acabar con todos los panales solo porque hay abejas, sino aprender a convivir con ellas también”, concluyó.