Estudiante representa a Chile en la COP16: usa tecnología de la NASA para evitar desastres ambientales

Créditos: Benjamín Sánchez

Jueves 12 diciembre de 2024 | Publicado a las 12:13 · Actualizado a las 09:26

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Benjamín Sánchez, estudiante de Ingeniería en la Universidad Federico Santa María, representa a Chile, Latinoamérica y el Cono Sur en la COP16, que se está llevando a cabo en Riyadh, Arabia Saudita. Su proyecto GreenCopper Dynamics, en colaboración con estudiantes de su universidad, utiliza tecnología de la NASA para abordar la sostenibilidad en la industria minera chilena. Sánchez busca conciliar la extracción de cobre con la protección ambiental y la innovación, enfocándose en soluciones para reducir la contaminación.

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Benjamín Sánchez, estudiante de Ingeniería Civil Industrial en la Universidad Técnica Federico Santa María, de Valparaíso, fue designado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para representar a Chile y el Cono Sur en la COP16, que se está llevando a cabo en Riyadh, Arabia Saudita, del 2 al 15 de diciembre.

Sánchez, de solo 23 años, es parte de la COP sobre Desertificación, una de las 3 principales convenciones, ya que también está la COP29 sobre el Clima y la COP16 sobre Biodiversidad. En conversación con BiobioChile, contó cuál es su rol allí y por qué es importante que los jóvenes se acerquen a iniciativas como estas.

“Podría decir que soy de los más jóvenes que están acá y es por eso que quiero y tengo toda la motivación de apoyar como un punto focal de comunicación entre los jóvenes con las Naciones Unidas, que es mi intención general, con los jóvenes de Chile, para que juntos podamos dar nuevas ideas”, explica en una videollamada desde Riyadh.

El futuro ingeniero está detrás de un innovador proyecto llamado GreenCopper Dynamics, que está enfocado en sostenibilidad y que utiliza tecnología de la NASA para monitorear y prevenir efectos de la minería en el medio ambiente, gestionado únicamente por estudiantes de distintas áreas de su universidad.

Benjamín sabe que la minería es clave en Chile, pero está intentando buscar soluciones para que esta sea más amigable con el planeta y, al mismo tiempo, potenciar la producción del cobre, que desde Chile solo se exporta. Estas fueron las cuestiones que fue a abordar precisamente en la COP16, donde también se discuten tratados de aguas y agricultura.

“Tengo un hermano mellizo, que ambos estudiamos lo mismo, y tuvimos una bonita idea de poder revolucionar la industria minera, entendiendo que países como Chile, Perú y Bolivia, llevan una crisis. Nosotros llevamos una industria extractivista, donde no le ponemos valor agregado a nuestros productos, a nuestra producción. Entonces, nosotros se lo vendemos a China y después a ellos les compramos las mismas materias primas con el valor agregado y prácticamente no podemos tener un desarrollo sostenible en el tiempo por esta misma situación”, plantea.

“Eso tenemos que fomentarlo, nosotros, las nuevas generaciones, y también preocuparnos de la sostenibilidad en los procesos industriales”, enfatiza.

Benjamín Sánchez, estudiante de ingeniería que representa a Chile en la COP 16
Benjamín Sánchez en la COP16

Tecnología de la NASA a Chile para cuidar el medio ambiente

Con GreenCopper Dynamics “nosotros nos preocupamos de la mantenibilidad”, señala Sánchez, y actualmente uno de los puntos en los que se están enfocando es la protección del agua, “la poca que queda”, en los sectores mineros.

“También nos preocupamos de la gente que vive cerca de ahí. Y bueno, es un proyecto muy hermoso y con mucha diplomacia detrás, para tener acuerdos, por ejemplo, con la NASA”, añade.

Uno de estos proyectos con la agencia espacial estadounidense consistió en traer tecnología de sensores para monitorear los botaderos de ripio, que son los residuos que quedan después de que los minerales son extraídos.

“El ripio tiene muchos minerales que al contacto con el oxígeno generan una reacción exotérmica, mucha temperatura, y esto secreta una acidez que una vez en contacto con los suelos, existe una probabilidad alta de que toque las napas subterráneas. Una vez toca las napas subterráneas, se generan desastres medioambientales severos en la poca y nada agua que hay”, explica el estudiante porteño.

“Entonces ahí nos metimos nosotros. Los sensores de la NASA nos dan, en tiempo real, los valores de la temperatura, y a la vez usamos sensores de pH, que nos permiten comparar ambos valores y saber a ciencia cierta si es que tenemos una contaminación en las aguas, en las napas subterráneas, previniendo errores de tipo 2”.

Más proyectos como este, plantea Benjamín, podrían revolucionar el sector minero, que, todavía no ha encontrado un equilibrio entre extracción y sostenibilidad.

“La minería es algo necesario, es lo que más aporta al Producto Interno Bruto (PIB) en Chile, entonces la extracción de cobre y otros minerales son una bondad que tenemos nosotros para poder también generar nuevas inversiones y nuevos crecimientos como país. Y partiendo de eso, entendemos que en esta producción es inevitable el consumo de agua”, agrega.

Para manejar esto, se necesitan ideas innovadoras, dice. “Hay mucha gente que ha querido trabajar con biooxidación, pero lamentablemente no es rentable. Ha sido difícil tener iniciativas que puedan sopesar la contaminación inevitable de la extracción del cobre. Y en este caso nuestro proyecto es único, ha generado mucho impacto en el mundo y estamos muy agradecidos de todas las empresas privadas que se han acercado también a apoyarnos y hemos tenido también acuerdos con fundaciones importantes en Europa, especialmente en Alemania, que apoyan también iniciativas de parte de jóvenes de Latinoamérica”.

Pero también falta motivación, puntualiza: “cuesta encontrar jóvenes que tengan estas iniciativas, hay muchas otras problemáticas también en la minería. Entonces yo invito a los chicos a juntarse, a dialogar esto, veamos las problemáticas, hagamos pizarras, esto se soluciona con nuevas ideas, con jóvenes que quieran revolucionar, y también con jóvenes capacitados, tenemos muchas universidades que están enfocadas en la industria, entonces no podemos decir que falta capacidad”.

Benjamín Sánchez, estudiante que representa a Chile en la COP16
Benjamín exponiendo en la COP16

¿Cómo encontrar el equilibrio que falta?

Benjamín también es crítico con la gestión de la industria, especialmente sobre las figuras del Estado que están involucradas en estos procesos y cuáles son las capacidades o conocimientos que tienen al respecto, para tomar las decisiones correctas.

“En la toma de decisiones políticas, ¿quiénes están ahí? ¿Hay gente capacitada, gente académica? ¿Cuánto tiempo llevan en el gobierno? ¿Hay rotación? Yo creo que esas son preguntas importantes, ¿hay gente que de la comunidad local? También tenemos que destacar que quizá gente de la comunidad local puede estar molesta con la minería y es entendible, pero hay que darles a entender que la minería no se va a poder sacar. La minería va a estar ahí. Pero juntos tenemos que ver cómo disminuir la contaminación”, sugiere.

“También creo que es fundamental que en la toma de decisiones políticas tengamos juventud, pero juventud comprometida e informada en cuanto a los procesos mineros. A veces se toman decisiones poco informadas o incluso utópicas, que después, al momento de ejecutarlas, nos damos cuenta de que no son factibles. Y eso puede retrasar completamente al desarrollo de nuestro país”, reflexiona Benjamín.

En la misma línea, apunta a los sesgos y a la falta de científicos y profesionales involucrados en estos procesos, ya sea asesorando o en la toma de decisiones. Para ello también se necesitan proyecciones y compromiso por el país.

“Mi idea de esto es generar acciones, pero a largo plazo, porque es imposible que lo hagamos todo a la primera. Hay que atraer a jóvenes, a jóvenes académicos que quieran trabajar acá en Chile”.

De vuelta en Chile tras la COP16

Tras regresar de Arabia Saudita, donde Sánchez podrá exponer sus inquietudes e interactuar con importantes líderes mundiales del sector minero y sostenibilidad, planea comunicarse con académicos de todas las disciplinas para iniciar un trabajo conjunto hacia sus objetivos.

“Un ingeniero no puede hacer todo solo”, aclara el estudiante, “hay que educar a la población, por ejemplo, trabajar con profesores que puedan entender y transmitir eso a las infancias, a los jóvenes, los más chicos, para que vayan teniendo en mente nuevas ideas”.

Asimismo, en la COP estuvo en conversaciones con Eduardo Silva, subdirector en la División de Medioambiente, Cambio Climático y Océanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.

“Yo espero que él se ponga en contacto conmigo. Y que una vez vuelva nos movamos para poder tomar decisiones importantes, porque yo tengo toda la motivación y voy a hacer lo imposible para poder impulsar este proyecto. He tenido apoyo también de parte de muchos académicos en Chile que quieren llevar este movimiento a cabo”, explica.

Su mensaje, dice Sánchez, es también para los jóvenes comprometidos, “que quieren hacer cambios, pero quizás sienten que no hay apoyo, o que no tienen la voz”.

“Yo los llamo y los invito a que por favor me contacten lo antes posible para que juntos veamos cómo impulsar estos proyectos, darles apoyo, tener contactos. De todos los lados, de todos los campos, de todas las regiones, desde Arica a Punta Arenas. Y no tan solo en Chile, sino en Latinoamérica y el Cono Sur también, que es fundamental”, concluye.

Benjamín Sánchez en la COP16
Benjamín Sánchez

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