El verano, aparte de Sol, playa y arena, es la época en la cual las lobas marinas comienzan su temporada de pariciones de crías.
A veces estar terminan heridas o muertas por la imprudencia humana.
Los lobos marinos son una especie protegida junto con pingüinos, tortugas marinas, cetáceos y otros mamíferos marinos como elefantes marinos, focas, chungungos o huillines.
Pero es justamente en verano cuando se observa un alza de eventos de varamientos y/o mortandad de crías, siendo una de las causas el fuerte oleaje que las precipita fuera de las loberas, pero también el hostigamiento de personas que se suben a los roqueríos, molestan, persiguen o manipulan a estos ejemplares, generando estampidas que terminan en varamientos.
Al respecto Ricardo Sáez, encargado de la Unidad de Conservación y Biodiversidad de Sernapesca, concluye que tanto para esta especie como para el resto de fauna marina “lo importante es no molestarlos”.
“Mantener las distancias seguras de avistamiento, no alimentarlos ni manipularlos y alejar a mascotas, como perros o gatos, que puedan atacarlos”, agregó.
Sumado a eso el especialista aclaró que si bien todas las especies pueden varar, en el caso de lobos marinos y elefantes marinos estos pueden hacerlo para descansar o mudar piel.
“Deben dejarlos tranquilos, con la excepción de los cachorros recién nacidos, que ante un varamiento requieren una intervención y rescate para devolverlos a su lobera de origen, tal como sucede con las tortugas marinas y cetáceos que requieren de ayuda profesional”, explicó.
En caso de verse enfrentado a una situación como esta, desde Sernapesca indicaron que la población puede comunicarse con ellos al 800 320 032.
Recomendaciones no solo para lobos marinos
Desde Sernapesca comentaron que esas mismas recomendaciones aplican para quienes realizan tours de avistamiento de fauna en el mar.
En estos casos, desde embarcaciones, las distancias de observación deben ser 50 metros para aves y mamíferos marinos, tortugas marinas y cetáceos menores.
Eso sube a 100 metros para cetáceos mayores como cachalotes o ballenas jorobadas.
Por otra parte, debe haber 300 metros de distancia en el caso de la ballena azul, “siendo la única excepción la ballena franca austral que, dado su estado crítico de conservación, solo puede avistarse desde tierra”, afirmaron.
En Chile, no cumplir con estas distancias mínimas de observación, así como acosar, alimentar, capturar o matar cetáceos, lobos de mar, focas, nutrias marinas, tortugas marinas o pingüinos puede acarrear multas que van desde 3 a 300 UTM ($163.326 y $16.332.600, respectivamente, al valor de enero de 2023).
