Una reunión entre Egipto, Etiopía y Sudán en torno a una polémica represa etíope en el Nilo se cerró este martes sin ningún tipo de avance, tras tres días de conversaciones.
La reunión fue organizada por el presidente de la República Democrática del Congo (RDC), Felix Tshisekedi, para mediar entre los tres país ribereños.
A pesar que la cita se prolongó un día más de lo previsto, el comunicado final firmado por los ministros de Relaciones Exteriores de los países implicados se limitó a indicar que se produjo el contacto.
Etiopía “amenaza al pueblo de la cuenca del Nilo y a Sudán directamente”, advirtió la ministra sudanesa, Mariam al Sadiq al Mahdi.
La secretaria de Estado tildó las negociaciones de “interminables e insuficientes”, en las que “la parte etíope pone a todos ante un hecho consumado”.
En un comunicado, la cancillería de Etiopía dijo que la reunión fracasó “debido a la rígida postura de Egipto y Sudán para convertir la negociación y el resultado en una herramienta para afirmar su auto-reclamada cuota de agua y excluir la de Etiopía”.
Sudán, Egipto y Etiopía negocian desde hace una década sobre la gestión y el llenado de la Gran Presa del Renacimiento en el Nilo Azul.
El proyecto, lanzado por Etiopía en 2011, está destinado a convertirse en la mayor instalación hidroeléctrica de África.
Egipto, que depende del Nilo en un 97% para su irrigación y su agua potable, considera la represa como una amenaza para su suministro de agua.
Sudán espera que la represa regule las inundaciones anuales, pero teme que sus propias represas se vean dañadas si la segunda fase de llenado se inicia antes de lograr un acuerdo.
Etiopía, que anunció en julio pasado haber llegado a su objetivo de llenado de la represa para el primer año, dijo que desea continuar el proceso, se logre o no un acuerdo.
Las negociaciones de Kinshasa “son el primer paso”, aseguró a los periodistas el jefe del equipo de expertos de la RDC, David Tshishiku.
