Los agricultores del Valle de Agaete, en las islas Canarias, acometen esta primavera boreal, como hace más de un siglo, la cosecha del “único café de Europa”, que desde hace ocho años comercializan como producto “gourmet” con miras a duplicar la producción.

En este verde valle tropical de la costa noroeste de la isla de Gran Canaria, en el archipiélago español de Canarias (frente al sur de Marruecos), sus habitantes cultivan desde finales del siglo XIX el que consideran “el único café de Europa”, en palabras de Víctor Lugo, presidente de la cooperativa Agroagaete.

El “único” café de Europa –exceptuando el cultivado en los territorios de otros países europeos en el Caribe– cuenta sólo con una pequeña producción ecológica, de entre 3.000 y 4.000 kg al año, en unas 20 hectáreas.

El objetivo de los cafeteros es aumentar la producción a 7.000 kilos anuales, plantando cada año entre 2.000 y 3.000 plantas, aunque la “prioridad es la calidad”, según Lugo.

Cultivo tradicional en este escarpado y frondoso valle junto a otras frutas tropicales como mangos, papayas y aguacates, el café fue introducido en la zona a finales del siglo XIX desde la vecina isla de Tenerife.

Tenerife contaba con un jardín botánico, en la localidad de La Orotava, todavía en funcionamiento, en el que plantas traídas de América y Asia se aclimataban antes de intentar ser reintroducidas en Europa.

Desde hace ocho años la cooperativa Agroagaete, que congrega a 30 fincas cafeteras y unos mil trabajadores del valle, lleva a cabo un “proyecto de revalorización” por el cual cosecha, seca y comercializa este café como producto “gourmet”, a 60 euros (85 dólares) el kilo.

Difícil de encontrar, este café Arábica de variedad “Typica” y alta calidad –con “aromas a chocolate y fruta”, describe Lugo–, sólo se vende en la localidad de Agaete, en las secciones “gourmet” del Corte Inglés y por internet.