Cuando limpiamos el refrigerador y la despensa, lo primero que acostumbramos hacer es separar aquellos alimentos y productos cuya fecha de vencimiento ya expiró.

Es así como los huevos, pollo o cajas de leche que vencieron hace algunos días, generalmente son arrojados a la basura.

Según el último informe “Global Food, Waste Not, Want Not”, elaborado por la Institución de Ingenieros Mecánicos del Reino Unido, entre el 30% y 50% de los 4.000 millones de toneladas de alimentos que se producen anualmente en el planeta nunca llegan a consumirse y terminan en la basura.

Es precisamente por este tipo de prácticas que Casey Williams, editor del periódico The Huffington Post, llevó a cabo un particular experimento, y así generar conciencia sobre la excesiva comida que diariamente botamos.

Para esto Williams se alimentó durante una semana sólo de comidas vencidas, y su experiencia la narró en el propio sitio del medio.

Casey Williams

“No estaba seguro respecto al melocotón. Tenía un aspecto morado, estaba blando y habían pasado algunos días de su fecha de expiración. Debo decirlo, no tenía un muy buen sabor”, comenzó señalando el valiente hombre en la publicación.

No obstante, asegura que no se enfermó. Ni con el melocotón ni tampoco con ninguna de las comidas que probó durante aquel periodo.

“La mayoría de lo que comí en esa semana no fue tan terrible, excepto por el melotocón, aún cuando los productos ya habían expirado. Seguro, probé sabores desagradables una o dos veces, y posiblemente perdí algunos amigos que se asquearon por este asunto, pero algunas de las comidas estaban francamente deliciosas”, precisó Williams.

Lee también 5 alimentos que se pueden consumir después de su fecha de vencimiento, según expertos

A juicio del hombre, el experimento le fue de gran utilidad para confirmar lo que diversos estudios y expertos han sostenido sobre los alimentos: lo primordial es evitar aquellos productos que de manera evidente representen un riesgo para la salud.

Casey Williams

En la misma línea, William añadió que alimentarse de comidas vencidas no necesariamente será peligroso. Además, aseveró que durante este tiempo su dieta no cambió demasiado.

“Comí un montón de huevos viejos y bebí mucha leche de soja de una gran caja, la que tenía un mes de vencida cuando la encontré en el supermercado. No se llevó un premio al mejor sabor, pero me pareció bastante bien junto con unas tortillas de maíz”, precisó.

“También encontré un paquete de tocino pasado y freí un par de tiras junto con casi cada comida. Una noche, asé unas pechugas de pollo que según el envoltorio ya debería haber consumido. Me comí lo que quedó al día siguiente. Estaba delicioso”, confesó.

Si bien admite que comer alimentos vencidos no es lo más apropiado, Williams aconseja: “si al sacar algo del refrigerador te das cuenta que ya ha expirado, no te preocupes demasiado. Si el olor es normal y no sabe a veneno, lo más probable es que esté bien. De lo contrario, arrójalo a la basura”.

Jack Brodus (CC) Flickr

Finalmente, el autor del peculiar experimento ofreció una última reflexión: “¿Que si volvería a hacerlo? ¿Que si tú deberías probarlo? Quizás”.

En tanto, Marianne Gravely, especialista de información técnica del Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria en el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, asevera que el etiquetado de los productos sirve para que los consumidores sepan cuando el alimento perderá su frescura, pero no cuando va a ser tóxico.

Eso sí, la especialista advierte que si tienes alguna duda sobre un producto, lo mejor es no arriesgarse y botarlo directamente.