A poco días de que el Transantiago cumpla 11 años, expertos analizaron su funcionamiento, el que ha estado marcado por altas cifras de evasión.

El sistema ha recibido críticas durante las últimas semanas, luego que el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) ordenara suspender el proceso de licitación con el que se renovaría la mitad de la flota.

Hora de balances que coinciden con el último mes del actual gobierno, por el que pasaron Andrés Gómez Lobo y Paola Tapia por la cartera de Transportes. El principal desafío, disminuir la evasión que en el cuarto trimestre de 2016, alcanzó su cifra más alta: 34,6%.

Al mismo tiempo, una baja constante en la cantidad de pasajeros que significó un aumento de estos en otros servicios de transporte, como el Metro de Santiago y el tren a Nos, lo que recién se revirtió con los registros del año recién pasado.

El director del centro de inteligencia territorial de la Universidad Adolfo Ibáñez, Luis Valenzuela, diagnosticó asimetría entre el Transantiago y el Metro, lo que para él revela que las cosas se han hecho “de mala manera”.

Para el exministro de Transportes del gobierno de Sebastián Piñera, Pedro Pablo Errázuriz, la suspensión de la licitación significa que la actual administración ha sido “la más mala” en su control sobre el Transantiago, dejando de lado la puesta en marcha, acusando que el servicio empeoró su calidad.

En tanto, el director del Centro de Transporte y Logística de la Universidad Andrés Bello, Julio Villalobos, acusó falta de voluntad del Estado en mejorar la calidad del sistema.

En medio de estas críticas, el ex ministro Errázuriz puso en duda la cifra de evasión del último trimestre del 2017, el cual se situó en 23,7 por ciento.