Una investigación publicada en la revista Geophysical Research Letters, que contó con datos y la participación de integrantes del Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile, plantea que en abril de 2017, la región de Valparaíso experimentó una secuencia de temblores precursores acompañados de un movimiento asísmico que los expertos han denominado como “terremoto lento”.

Entre el 22 y el 24 de abril de 2017, se percibió en la zona una secuencia de movimientos telúricos que finalizó con un terremoto magnitud 6.9 Mw (magnitud de momento).

Lee también: Decena de sismos se perciben en al menos 5 regiones del país

Luego de estudiar los datos capturados durante el fenómeno, investigadores del Departamento de Geofísica y del Centro Sismológico Nacional (CSN) de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile desarrollaron la hipótesis que en vez de un enjambre o una secuencia de movimientos aislados, en abril de 2017 hubo además un terremoto lento, un evento que se desarrolló en un periodo extendido de tiempo.

Gracias a los datos GNSS (Sistema Global de Navegación Satelital, que incluye el sistema GPS) recopilados por el CSN, los investigadores pudieron observar que esta sismicidad estuvo asociada a un movimiento lento de las placas que aceleró en su fase final cuando sucedió el terremoto principal.

Proyección

El investigador principal del estudio, el profesor del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile Sergio Ruiz, explica que en varios terremotos se ha observado que la fase de nucleación previa a ellos está asociada a estos movimientos lentos.

“Entonces, si uno lograra entender el proceso que está involucrado en estas señales, se podría tener luces sobre cuáles son los causas que gatillan estos terremotos de gran magnitud. En la mayoría de los terremotos en Chile existe una sismicidad precursora. Lo que nosotros tratamos de entender es si existe un fenómeno físico que controla eso”, precisa.

Las imágenes muestran el desplazamiento ocurrido entre las placas durante la fase de nucleación del sismo 6.9 Mw del 24 de abril de 2017 en Valparaíso | CSN
Las imágenes muestran el desplazamiento ocurrido entre las placas durante la fase de nucleación del sismo 6.9 Mw del 24 de abril de 2017 en Valparaíso | CSN

Esta comprobación que el de Valparaíso fue un terremoto lento se obtuvo gracias a la mejor instrumentación con que cuenta hoy el país, destacan los investigadores. Si ese comportamiento de placas se repitiera en todos los sismos, en el futuro se podría generar un modelo físico que permitiría entender qué es lo que gatillan los terremotos.

“Esta secuencia fue caracterizada por una fase de nucleación o precursora que correspondió a un movimiento lento que duró entre tres a cuatro días, acompañado de un enjambre sísmico, y posteriormente se produjo el terremoto que rompió un área de unos 10 kilómetros de radio“, indica el académico de la Universidad de Chile.

Sensor especial

Juan Carlos Báez, geodesta del CSN, y uno de los coinvestigadores del estudio, explica por su parte que “es interesante ver que un deslizamiento lento no es captado por otro tipo de sensores, sino sólo por GNSS”.

“Ahora bien, si consideramos el desplazamiento de 1,35 cm ocasionado por este evento lento, podríamos deducir que este mismo desplazamiento sería generado por un evento de magnitud 6.6. Este mismo fenómeno ya ha sido observado en otras zonas de Chile, por ejemplo en el terremoto de Iquique Mw 8,2 en 2014”, añadió el experto.

El geodesta recuerda que la placa Nazca se mueve a una velocidad media de 7 cm/año en dirección Este, lo que genera una compresión en la placa Sudamericana, la cual se contrae en el periodo inter-sísmico (entre terremotos) durante décadas.

Puntos rojos dan cuenta de la actividad sísmica a partir de abril de este año en la región de Valparaíso | Centro Sismológico Nacional
Puntos rojos dan cuenta de la actividad sísmica a partir de abril de este año en la región de Valparaíso. Estrella blanca representa sismo 6.9 Mw del 24 de abril de 2017 | Centro Sismológico Nacional

“Esta presión es liberada de forma inversa en algunos segundos durante el terremoto. Ahora bien, en el caso de un sismo lento, estos desplazamientos inversos se producen en días, en este caso, acompañados por poca actividad sísmica, o generalmente de menor magnitud. Lo que hemos observado es que el desplazamiento lento culmina generalmente con un evento mayor, en este caso el sismo 6,9 Mw”, agrega Báez.

La investigación fue desarrollada en conjunto con el Institut de Physique du Globe y Ecole Normale Superieure de París, Francia y el Massachusetts Institute of Technology (MIT) de los Estados Unidos, entre otras instituciones.

De parte de nuestro país, la lideró el profesor Sergio Ruiz del Departamento de Geofísica de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, quien contó con la colaboración de los expertos del Centro Sismológico Nacional Juan Carlos Báez, Bertrand Potin, Felipe Leyton y Francisco del Campo.

Revisa la investigación pinchando aquí.