Afirmando que faltan por lo menos 30 profesionales en la salud primaria de Osorno, desde el Colegio Médico se analizó la realidad local, reflotando como necesaria la instalación de un hospital de mediana complejidad, como se anunciaba alguna vez para el sector de Rahue.

Hasta el Concejo Municipal llegó la secretaria del gremio, Rosa Carrasco, quien detalló que la organización presenta una de las más altas tasas de colegiatura en el país, superior al 90%, con más de 270 médicos.

Fue allí donde debió responder las preguntas de los ediles, como por ejemplo: cuáles son los sueldos que reciben aquellos que participan del sistema primario de salud, confirmándose que en promedio sus salarios son de un millón 700 mil pesos, llegando a los 3 millones 400 mil pesos, para aquellos que tienen especialización en “familia”.

Tan altas remuneraciones son parte de la estrategia del municipio para retener a los profesionales, con tal de que no se marchen al sector privado, que puede llegar hasta pagar las multas que el Estado cobra a los médicos formados con becas públicas.

Y es que todo aquel que se especializa con platas estatales debe devolver 6 años trabajando con la comunidad, pero eso muchas veces no se cumple, reconoció Rosa Carrasco.

La médico enfatizó en que en Chile no existe carencia de profesionales médicos, sino que están desproporcionadamente repartidos entre el sector privado y el público, claramente con preponderancia en el primer grupo.

Las clínicas y otros centros especializado ofrecen condiciones que el sistema estatal carece, por lo que para un especialista la decisión termina siendo simple.

Pero los atrasos en la atención en el Hospital Base, argumentada por la falta de médicos,se debe -a juicio de Carrasco- porque el recinto está respondiendo a demandas de mediana complejidad, siendo que está creado para la alta complejidad.

Por ello es que en la sesión del concejo reflotó la idea de levantar un centro médico de tales características, como el que alguna vez se anuncio para Rahue.

Carrasco sostuvo que en el caso de la salud primaria, aún faltan por lo menos 30 profesionales para llegar a uno por cada 2 mil habitantes, explicando que deberían haber 70, cuando en realidad hay 45.