En el Patio de Los Naranjos del Palacio de La Moneda, la presidenta Michelle Bachelet promulgó la ley que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales.

Escoltada por el ministro del Interior, Mario Fernández, y las ministras de la Mujer y Equidad de Género, Claudia Pascual; y de Salud, Carmen Castillo, la mandataria puso su firma a la ahora ley de la República, cuya gestación y discusión fueron debatidas ampliamente tanto en el Congreso, como en el Tribunal Constitucional.

Cabe recordar que esta última instancia concentró la atención de detractores y defensores de la iniciativa gubernamental, al discutir la constitucionalidad de ella e incluyendo en este proceso a la sociedad civil como partes interesadas.

Lidia Casas, una de las abogadas expositoras en el TC, expuso su caso a través de un video exhibido al inicio de la ceremonia, el relato de cómo su abuela “fue violada y obligada a parir y nunca conoció a esa hija”.

En su discurso, la jefa de Estado enfatizó que la ley contempla “tres casos sumamente precisos y humanamente difíciles” que suponen para la mujer una decisión “intransferible”.

Asimismo, recalcó que la nueva normativa “garantiza que ninguna de ellas será forzada a continuar o interrumpir su embarazo por el Estado”.

Con la ley ahora promulgada, el Gobierno dispondrá de 90 días para elaborar el reglamento de la normativa, el que también incluiría la polémica objeción de conciencia que, tras la intervención del TC, ahora se amplía a las instituciones.