Theresa May se convirtió oficialmente este miércoles en la nueva primera ministra británica tras recibir el encargo de la reina Isabel II de formar un gobierno que tendrá la difícil tarea de aplicar el Brexit.

La exministra del Interior, de 59 años, sucede a David Cameron, que presentó poco antes su renuncia a la reina en el palacio de Buckingham.

La tarea es inmensa pero May, la segunda mujer que asume el cargo después de Margaret Thatcher, se erigió como la única figura de consenso.

Esta euroescéptica se posicionó a favor de la permanencia del país en la UE, fiel al primer ministro saliente David Cameron.

Pero se implicó poco en la campaña del referéndum, en el que el pueblo británico decidió salir del bloque europeo, e insistió en la necesidad de limitar la inmigración, el tema favorito de los partidarios del Brexit, lo que la convirtió en alguien creíble para ambos campos.

May forma parte del ala más a la derecha del partido conservador. Como ministra del Interior, cargo que ocupó desde 2010, mantuvo una línea firme contra la delincuencia, la inmigración clandestina y los predicadores islamistas.

May, descrita a menudo como “la nueva Margaret Thatcher”, comenzó su carrera política en 1986 después de estudiar en la Universidad de Oxford y trabajar brevemente en el Banco de Inglaterra.

Pero en realidad tiene más puntos en común con Angela Merkel, la canciller alemana, quien es también hija de pastor, conservadora, pragmática, abierta al compromiso, casada y sin hijos.