A principios de agosto se dio a conocer el asesinato-suicidio (como lo denominó la prensa estadounidense) de la familia Short en Pensilvania, Estados Unidos, que terminó con la muerte de 3 niños y dos adultos, además de un perro.

Las primeras pericias indicaron que uno de los padres había llevado a cabo el asesinato de todos los integrantes de la familia, pero no se podía determinar al responsable definitivo, pues se encontró un arma que estaba justo al medio de los cuerpos del padre y la madre.

Según publica The Washington Post, el asesino fue el padre, Mark Short de 40 años, quien tras disparar con un revólver a sus tres hijos, a su esposa y al perro, se suicidó, usando la misma arma.

Los investigadores llegaron a la conclusión de que fue el hombre el que efectuó los tiros, luego de que la autopsia revelara que él mismo se había disparado, lo que se sumaba a otras pruebas, como que el arma estaba cerca de su cuerpo y una nota de suicidio que fue dejada en el comedor de la vivienda.

De acuerdo a los antecedentes recabados hasta el momento, Mark escribió la carta luego de matar a toda su familia y tras redactarla, se quitó la vida.

La familia Short era bastante conocida en la localidad del Condado de Berks, luego de que diversos medios publicaran la historia de la hija menor, quien en 2014 nació con afección cardíaca y debió ser trasplantada del corazón a los días de nacer, sobreviviendo a dicha intervención.

Problemas conyugales

El pasado de 18 de julio, la policía de Berks recibió una llamada por una disputa doméstica en el hogar de los Short, donde los oficiales informaron a la mujer sobre cómo debía resguardarse y/o denunciar en caso de violencia intrafamiliar.

Un día después del llamado a la policía, Mark compró el revólver que semanas después utilizaría para disparar en contra de su esposa, sus tres hijos y la mascota de la familia.

Pero el episodio con la policía no fue un hecho aislado, Megan Short planeaba mudarse de apartamento y abandonar a su marido, quien la ayudaría a conseguir una camionera para el traslado, algo que finalmente nunca ocurrió.