El estado malasio de Terengganu anunció este sábado un programa para incitar a los transexuales a volver a una “vida normal”, una medida que preocupa a las organizaciones de defensa de la diversidad.

El programa, de varios días y su participación voluntaria, está previsto para 2018, cuando haya terminado el censo de transexuales en ese Estado, dijo Ghazali Taib, miembro del consejo del gobierno estatal.

En el programa participarán médicos, psicólogos y religiosos, así como transexuales “que ya han vuelto a una vida normal”.

“Los transexuales forman parte de nuestra sociedad (…). Son nuestra responsabilidad”, dijo Taib.

“Al final deciden ellos, el gobierno no quiere forzarlos. Les indicamos el camino para hacer la mejor elección posible para su vida“, añadió.

Según un informe de este año de la ONG Human Rights Watch, en Malasia el colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB) sufre una discriminación “generalizada”, en un país donde la sodomía está prohibida y puede ser castigada con prisión o castigos corporales.

“Si le piden a una persona que no sea ella misma, esto tendrá un efecto negativo en su salud y su bienestar”, denuncia Thilaga Sulathireh, cofundadora del grupo Justice for Sisters.

Por su parte Nisha Ayub, la primera mujer transgénero que recibió en 2016 el premio International Women of Courage del departamento de Estado norteamericano, lamentó una “terapia colectiva que viola de muchas maneras los derechos de las personas”.