Una anécdota que se mueve entre realidad y leyenda es el punto de partida de esta propuesta de la cia. Ocaso Teatro, escrita por David Gajardo y dirigida por Rodrigo Aro (La pichanga, Chilenito: Mejor Comedia Atrápalo 2017).

Relato que se sustenta también en la fuerza de la comedia de perfil y estructura contemporánea –no convencional- al servicio de una historia que entremezcla lo rural y lo urbano.

Características de las obras clásicas del teatro popular chileno, un camino que este montaje está transitando, con alrededor de 25 mil espectadores desde su debut en 2012.

La chispeante vitalidad y gracia de la obra surge y se asocia con una costumbre que forma parte de la cultura chilena, consumir mote con huesillos, especialmente, en verano, que la compañía ratifica cuando agrega al título “nuestra bebida nacional”.

El montaje no se queda ahí: da cuenta de las relaciones al interior de una familia con sus conflictos en el plano social y emocional, y suma una mirada crítica al machismo y al clasismo presente en la conducta de algunos personajes.

Y, al mismo tiempo, lanza una hipótesis sobre el origen del mote con huesillos en nuestro país, recurriendo a una historia sencilla y transversal.

Leyenda más realidad

El dramaturgo inicia la obra valorando la presencia de una anciana como fuente de sabiduría popular, cuando ésta visita el sector donde moteros y moteras venden su producto.

"El mote con huesillo" | Ocaso Teatro
“El mote con huesillo” | Ocaso Teatro

Ella afirma ser testigo de cómo y cuándo nació el mote con huesillos, comenzando un relato que el director materializa en una historia con ingredientes múltiples, narrada en fragmentos.

Novedosa es la hipótesis sobre el origen de mote con huesillo ya que se aleja de lo comercial-industrial y se instala en lo simplemente humano.

El brebaje sería el resultado de innumerables intentos de una esposa por encontrar la clave para sacar a su marido del bajón anímico y afectivo que le provocó tener un hijo con síndrome Down.

Así, esta comedia con tintes dramáticos se nutre con las sonoridades habituales en ferias y mercados que aportan al relato vivencias relacionadas con la vida citadina y los prejuicios clasistas.

Versos, payas y canciones (composición e interpretación de Tomás Peña, Alejandro Tapia y Freddy Orellana) integran la inquisidora, rítmica y pegajosa música en vivo.

En este montaje con aristas corales interviene un elenco de nueve actores y actrices que imprimen dinamismo y simpatía a la obra, además de intervalos emotivos y dramáticos bien logrados.

Una suerte de vestuario campesino-citadino y los elementos escenográficos proyectan de manera espontánea una materialidad que funde lo concreto y lo simbólico.

La obra también alude a los esfuerzos de sobrevida del trabajador del mote con huesillo, a la solidaridad entre ellos y a la influencia recíproca ciudad-campo.

Y, tal vez, lo más destacado, al rol fundamental de la mujer como soporte de la familia y propietaria de una inventiva que se pone a prueba frente a un desafío.

Una obra vibrante y entretenida que hace recordar el origen rural-urbano que está en la base de la sociedad y cultura chilena.

Anfiteatro Bellas Artes. Parque Forestal s/n. Sábado y domingo 20.00 horas. Entrada: A la gorra. Hasta el 29 de abril