El Ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, suscribió esta noche el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, conocido por sus siglas en ingles TPP, en medio de las críticas de diversos parlamentarios y sectores sociales.

Este tratado es firmado por 12 países y amplía el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica -conocido como Acuerdo P4-, que había sido firmado en 2005 por Brunei, Chile, Nueva Zelanda y Sungapur. Posteriormente, en 2008, se sumaron Australia, Canadá, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Perú, y Vietnam.

Según detalla el sitio web de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, el TPP busca crear una zona libre de comercio en el Asia-Pacífico, beneficiando a más de 1.600 productos fabricados en Chile. Además, los empresarios nacioanles tendrán acceso al mercado de compras del sector público de Perú, Malasia y Vietnam.

Pese a los beneficios que destaca el organismo, varios parlamentarios mostraron sus reparos al acuerdo suscrito por el canciller. En diálogo con Radio Bío Bío, el senador del PS, Juan Pablo Letelier, señaló que “tenemos muchas dudas de las consecuencias que puedan surgir del TPP en materia de independencia, autonomía digital y medicamentos. La firma que pueda el gobierno abre un debate que sebe ser abierto para el país”.

Además, las quejas van en la línea del secretismo en que se llevó a cabo la negociación, iniciada en el período de Sebastián Piñera. A ello se suma el perjuicio que podría tener en el precio de los medicamentos, porque el acuerdo busca expandir el plazo de protección a las patentes de medicamentos. Esto, según sus detractores, significa mayores trabas para la fabricación de genéricos y, en consecuencia, medicinas cada vez más caras.

Para el senador Alejandro Navarro “el Gobierno no ha demostrado ningún beneficio para Chile, al contrario, son las corporaciones multinacionales las únicas beneficiadas. Era de esperarse luego de que 605 lobbystas de las mayores corporaciones farmacéuticas, agroindustriales y de otros rubros, participaran en la redacción de este tratado de más de seis mil páginas, la que por cierto, fue a espaldas de la ciudadanía y de los congresos de los 12 países que hasta ahora integrarían el tratado”.

Previo a su viaje a Nueva Zelanda, el canciller Heraldo Muñoz, señaló que “fuimos muy firmes en proteger sectores vulnerables en materia de propiedad intelectual y, muy particularmente, de los medicamentos biológicos. Presentaremos todos los detalles con total transparencia, como lo hemos venido haciendo, porque creamos un denominado Cuarto Adjunto, que es un mecanismo que durante todo el proceso permitió a empresarios, representantes de la sociedad civil, estar enterados en detalle de cada ronda de negociaciones. Esperamos que se entienda la posición de Chile, pero respetamos las posturas que no comparten la visión del Gobierno”.

En contraparte, el vocero del movimiento ciudadano “Chile mejor sin TPP“, Carlos Figueroa, indicó que “es inconcebible que en el siglo XXI, un proceso de esta envergadura que va a afectar a la salud, la soberanía o incluso los derechos digitales de los chilenos, sea un proceso completamente antidemocrático”.

Hace un par de semanas, miles de personas marcharon por las calles de Santiago, en descontento con la firma del acuerdo, el cual, a juicio de los manifestantes, generaría “censura en los contenidos de Internet, un atentado al medio ambiente y menos disponibilidad de medicamentos genéricos”.

El TPP deberá ser ratificado por los Congresos de los 12 países en un plazo de 12 meses.