Brasil tiene sus “brazos abiertos” para recibir a refugiados de la guerra en Siria, afirmó este lunes la presidenta Dilma Rousseff, en su mensaje anual por el día de la independencia.

Quiero “reiterar la disposición del gobierno de recibir a aquellos, expulsados de su patria, quieran venir a vivir, trabajar y contribuir para la prosperidad y la paz de Brasil”, afirmó la mandataria en un vídeo de ocho minutos divulgado por Internet con motivo de la fiesta nacional brasileña.

“Incluso en tiempos de dificultades, de crisis, por los que estamos pasando, tenemos nuestros brazos abiertos para acoger a los refugiados”, añadió Rousseff en el mensaje.

Con más de 2 mil migrantes sirios, Brasil es el país de Latinoamérica que más personas de esta nacionalidad acogió desde el comienzo de la guerra en 2011.

Actualmente, los sirios constituyen el grupo más numeroso de refugiados en Brasil. Solo en 2014 fueron acogidos mil 405 ciudadanos provenientes del país árabe.

El fenómeno se debe principalmente a que Brasil agilizó desde hace dos años el trámite para proteger a los sirios, que viajan decenas de miles de kilómetros en busca de refugio.

Por su parte, el secretario de Justicia, Beto Vasconcelos, dijo que el gobierno estudia extender la continuidad de esa medida, prevista inicialmente para acabar este mes.

“La imagen del niño Aylan Kurdi, de apenas 3 años, nos conmovió a todos, y dejó para el mundo un gran desafío”, afirmó también Rousseff en su mensaje que se dio a conocer este lunes, en referencia a un niño que murió ahogado en una playa de Turquía la semana pasada cuando su familia intentaba llegar a Europa para huir de la guerra en su país.

La cruda fotografía fue portada de los diarios en todo el mundo y se convirtió en el símbolo del drama de los refugiados sirios.

Según la agencia de la ONU para los refugiados (Acnur), la guerra en Siria forzó el desplazamiento de mas de 3,8 millones de personas fuera del país, y 7,6 millones debieron buscar refugio en otro lugar, dentro del territorio sirio.

En 2014 más de 59,5 millones de personas fueron desplazadas forzosamente de sus hogares debido a conflictos y persecución, de acuerdo con Acnur.