Alemania espera recibir este año “hasta 800.000 demandantes de asilo”, un auténtico récord, dijo este miércoles el ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière, que pidió actuar a nivel europeo en esta crisis migratoria.

“Tenemos que esperar recibir hasta 800.000 demandantes de asilo”, aseguró desde Berlín, señalando que se trata de “un desafío” para su país, puesto que las últimas previsiones para 2015 hablaban de 500.000 personas.

La primera economía y país más poblado de la Unión Europea (UE) ya se enfrenta al problema de cómo dar cobijo a la oleada de demandantes de asilo llegados desde zonas en guerra, como Siria, pero también de países del sudeste de Europa en los que no hay un conflicto armado, como Albania, Serbia o Kosovo.

La canciller alemana, Angela Merkel, advirtió el domingo que la cuestión de los demandantes de asilo podía llegar a ser un reto para la UE aún mayor que el de la deuda griega, y urgió a abordarlo de manera coordinada desde Bruselas.

De Maizière también instó a la UE a que actúe. “Necesitamos soluciones a corto, medio y largo plazo, tanto aquí como en Europa”, dijo el ministro.

Según los datos publicados este miércoles por el Ministerio alemán del Interior, el número de demandantes de asilo aumentó sin cese en el país.

Así, en julio, las solicitudes aumentaron un 5,1% con respecto a junio, hasta las 34.384, y prácticamente duplicaron las de un año antes.

Por séptimo mes consecutivo la lista de demandantes la lideraron personas procedentes de Siria, con 44.417 solicitudes, casi tres veces más que en el mismo periodo de 2014.

El ministro dijo además que considera “vergonzoso” para Europa el total de demandas recibidas de países de los Balcanes, que advirtió que no tienen ninguna posibilidad de ser aceptadas.

De Maizière ya había considerado el jueves pasado que es “inaceptable” que el 40% de los demandantes de asilo sea originarios de los Balcanes.

En los últimos días Alemania comenzó a emitir anuncios en las televisiones de países balcánicos en los que advierte a los inmigrantes que salgan de sus países por motivos económicos que prácticamente no tienen posibilidades de conseguir el asilo.