La cumbre del G77+China clausuró este domingo sus sesiones en la ciudad de Santa Cruz, Bolivia, con la premisa de que la ONU debe elaborar una agenda mundial que garantice la erradicación de la pobreza antes de 2030.

Con la aprobación de la Declaración de Santa Cruz “prácticamente hubo un relanzamiento de este grupo, el más grande de las Naciones Unidas”, integrado por 133 naciones emergentes más China, según el presidente boliviano Evo Morales, que dirigió las deliberaciones.

Aprobamos un documento de 242 puntos para trabajar por un mundo con más solidaridad y en el que se socializa el vivir bien para todo el planeta“, explicó Morales en una declaración de prensa, al final de la cita.

El documento abarca diversas temáticas relativas a los derechos sociales y humanos “para que el grupo siga trabajando por el bienestar, por la prosperidad, el comercio con políticas de complementariedad, con políticas de solidaridad”, sostuvo.

En la parte política, con mucha ética, con valores en lo ideológico, tal vez no haya total coincidencia, pero sí con principios que nuestros antepasados nos dejaron que es la lucha contra el colonialismo, pero también la lucha contra la discriminación“, admitió Morales, presidente protémpore del bloque.

En el plano interno boliviano, Morales logró pactar con el gobernador y el alcalde opositores la organización de la cumbre en esta región, que en 2008 gestó un movimiento contrario a su gobierno.

“Hemos organizado con éxito esta cumbre. Ya no pueden considerarnos un pequeño país pues cuando nos organizamos podemos responder y cumplir con la comunidad internacional”, señaló.

A la convocatoria acudieron 30 mandatarios y delegados de más de cien naciones emergentes de todos los continentes.

Faltó a la cita el presidente de China, Xi Jinping, cuyo país desarrolla una política de fuerte presencia comercial en la región.

Participó además el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que recorrió junto a Morales dos poblaciones rurales de Santa Cruz y asistió a un multitudinario encuentro de movimientos sociales e indígenas.

Los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, de Cuba, Raúl Castro, y de Ecuador, Rafael Correa, también formaron parte del encuentro.