El presidente de Cuba, Raúl Castro, arribó este viernes a Bolivia para participar de la cumbre del G77, que cuenta también con la presencia del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y que se inaugurará el sábado para trazar una nueva agenda de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

Castro arribó al aeropuerto de Santa Cruz, al este de Bolivia, en una lluviosa tarde, donde fue recibido por el canciller David Choquehuanca, sin hacer declaraciones a la prensa.

Previamente habían llegado los presidentes de Zimbabue, Robert Mugabe, de Bangladesh, Aboul Hanid, y el de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, además de Ban Ki-moon, quien visita poblaciones rurales de Santa Cruz en compañía del presidente Evo Morales.

“Permítannos trabajar juntos para hacer que este mundo sea mejor, no queremos que nadie sea dejado atrás: hombres o mujeres, pequeños o grandes, ricos o pobres. Los pueblos indígenas, ustedes, tienen el derecho a vivir como un ser humano, con dignidad”, dijo Ban Ki-moon a una concentración en el poblado de Santa Rita, Concepción, a 300 km de Santa Cruz.

En otro acto posterior, los vecinos de El Torno obsequiarán a Ban Ki-moon una torta elaborada a base de hojas de coca, que en su estado natural es ampliamente usada por los indígenas bolivianos. El secretario general de la ONU cumple 70 años este viernes.

Para las siguientes horas se aguarda la llegada de varios presidentes como Cristina Kirchner (Argentina), Luis Guillermo Solís (Costa Rica), Raúl Castro (Cuba), Rafael Correa (Ecuador), Salvador Sánchez Cerén (El Salvador), Hasan Rohani (Irán), José Mujica (Uruguay) y Nicolás Maduro (Venezuela).

El gobierno boliviano, organizador de la cita, al ejercer la presidencia pro témpore del G77, maneja la cifra que unos 30 mandatarios estarán en Santa Cruz, a 400 m sobre el nivel del mar.

Uno de los temas que motiva la cumbre, además de celebrar los 50 años de la fundación del G77, es la definición de las bases de una nueva agenda mundial sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), aprobadas en 2000 y que concluyen en 2015.

Los ODM definen metas para reducir a la mitad el número de personas que viven en la extrema pobreza -con menos de un dólar al día- y las que sufren hambre en el mundo antes de finales de 2015, uno de los ocho objetivos cuya consecución -según la ONU- está aún lejos.