Pocos jugadores en la historia de los Mundiales pueden darse el lujo de relatar que han disputado dos finales del torneo de selecciones más importante del orbe de manera consecutiva. De hecho, solo un futbolista puede presumir el haber jugado 3 definiciones por el trofeo de manera seguida: Marcos Evangelista de Moraes, más conocido como Cafú, destacado lateral brasilero. Sin embargo, existe un único jugador que lo realizó con dos países distintos.

Es la historia de Luis Felipe Monti, futbolista con doble nacionalidad: Argentino e Italiano. Considerado como un jugador fuerte en el medio terreno de juego, de acuerdo a los relatos de la época en que jugó, tuvo la dicha de competir en dos Copas del Mundo con selecciones diferentes.

Debido a su doble nacionalidad, y las reglas poco estructuradas en las dos primeras ediciones de la Copa del Mundo, Monti defendió a Argentina en 1930 y cuatro años más tarde lo haría con Italia.

En el primero mundial realizado por la FIFA, Uruguay 1930, Luis Monti fue parte del equipo argentino que alcanzó la final del torneo luego de dejar en el camino a México, Chile, Francia, en la zona de grupos, y posteriormente a Estados Unidos en semifinales.

Incluso, se dio maña de anotar en dos oportunidades en tierras charrúas. Ante Francia en el partido inaugural de los albicelestes, gol que le significaría el triunfo a Argentina, y posteriormente se hizo presente en la goleada a Estados Unidos en la semifinal.

Sin embargo, en la final disputada en el estadio Centenario de Montevideo, Monti no pudo contribuir a su equipo y cayeron derrotados por 2-4 ante Uruguay, en lo que significó la primera final de la historia de los Mundiales.

Su buen rendimiento en Sudamérica le permitió emigrar a la península italiana, específicamente a la Juventus, donde producto de su nacionalidad le permitió ser convocado a la Azurra.

Debido a que en dicho tiempo la FIFA no tenía un reglamento como en la actualidad, Luis Monti no tuvo problemas para ser número fijo en el once inicial de los Italianos en la Copa del Mundo de 1934.

En el combinado europeo, y luego de dejar en el camino a Estados Unidos, España y Austria, se enfrentó en la final a la entonces Checoslovaquia, a quienes derrotaron por 2-1, con goles de Raimundo Orsi y Angelo Schiavio.

Y si bien Luis Monti no pudo convertir en dicho Mundial, quedaría en los registros de la historia del fútbol en ser el único futbolista que disputó dos finales, consecutivas, con selecciones diferentes.