La denuncia de una comerciante dedicada por años a la venta de alimentos en la feria Pedro Aguirre Cerda y que ahora gestionaba la autorización para el funcionamiento de un puesto el 2 de febrero en el camino a la Misión, terminó por revelar una compleja situación a causa de la ilegalidad en la que cada año funcionan puestos que allí se instalan debido a la fiesta religiosa de la Virgen de la Candelaria.

Rebeca Barría Aros, llegó donde la Autoridad Sanitaria para conocer las exigencias que rigen para quienes pretenden comercializar alimentos aprovechando la afluencia de miles de visitantes al santuario, sin embargo reclamó que los requisitos son a su juicio extremos, para quienes sólo van por el día a atender sus locales.

Señaló que lo anterior impide a los comerciantes realizar su actividad, y que sólo encuentran trabas cuando quieren efectuarlas con todos los requerimientos que la actividad demanda.

Sin embargo, la respuesta de la Autoridad Sanitaria terminó por revelar un hecho mucho más grave, y que tiene dos aristas definidas. La primera, el hecho que como institución deben velar por la seguridad alimenticia de cualquier actividad no importando donde se realice, y en segundo término, se aclaró que no tienen atribuciones para autorizar funcionamientos de locales en el día de la fiesta de la Candelaria porque no hay quién coordine la instalación de puestos, al tratarse de una carretera donde el responsable de la administración es la dirección provincial de Vialidad.

Yohanni Wistuba, jefa provincial de la Autoridad Sanitaria, aclaró que la institución sólo vela por evitar situaciones de riesgo en la salud de las personas.

Y justamente la ausencia de algún ente coordinador, provoca la compleja situación que se vive en materia de comercio transitorio para atender la gran cantidad de puestos que se instalan en el sector, de acuerdo al encargado de la unidad de alimentos de esa repartición Carlos Rosas, al señalar el caso particular de la festividad religiosa.

Se trata de un complejo escenario que por años permanece en tierra de nadie, donde se impone la costumbre por sobre la legalidad, anunciándose encuentros entre la Autoridad Sanitaria y la dirección provincial de Vialidad, para definir aspectos tan esenciales como la habilitación de servicios higiénicos, delimitación de zonas de seguridad y ordenamiento de los comerciantes.