El secretario de Estado norteamericano John Kerry continuaba este domingo su misión de paz en Oriente Medio visitando Jordania y Arabia Saudita, aliados tradicionales de Estados Unidos, al cabo de tres días de negociaciones con israelíes y palestinos que finalizaron sin ningún avance.

“Puedo garantizar a todas las partes que el presidente Barack Obama y yo estamos comprometidos en proponer ideas que sean justas y equilibradas” para “mejorar la seguridad de todos los pueblos”, dijo Kerry el domingo a la prensa antes de abandonar Jerusalén.

“La vía es más clara. El puzzle se está armando y las decisiones difíciles que falta tomar son más evidentes para todos”, dijo Kerry, que reconoció que eso puede llevar su tiempo.

Kerry llegó el domingo por la mañana a Ammán, donde se reunirá con el rey Abdalá II, antes de volar a Arabia Saudita para entrevistarse con el súbdito saudita “con el objetivo de analizar la situación y hablar sobre lo que vamos a intentar hacer en los próximos días”.

La monarquía hachemita de Jordania, guardiana de los lugares santos musulmanes de Jerusalén y segundo país árabe en firmar un acuerdo de paz con Israel, tiene frontera con Cisjordania.

El rey Abdalá de Arabia Saudita también ocupa un lugar importante, al ser el autor de la iniciativa de paz de la Liga Árabe.

Durante esta nueva gira, la décima en la región desde marzo, Kerry presentó a israelíes y palestinos un proyecto de “acuerdo marco”, en el que se trazan las grandes líneas de un arreglo definitivo sobre las fronteras, la seguridad, el estatus de Jerusalén y el futuro de los refugiados palestinos.

Los responsables estadounidenses no revelaron los detalles del texto, que tiene pocas posibilidades de ser aprobado por ambas partes, si bien Kerry habló de “progresos” en las negociaciones tras las entrevistas maratonianas desde el jueves con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente palestino, Mahmud Abas.

Israel rechazó la propuesta de Estados Unidos de asegurar la seguridad en el valle del Jordán, en la frontera entre Cisjordania y Jordania, donde Israel pretende mantener una presencia militar en el caso de un futuro estado palestino.

“La seguridad debe continuar en nuestras manos. Quienes proponen una solución consistente en desplegar una fuerza internacional, policías palestinos o medios tecnológicos no comprenden nada en Oriente Medio”, afirmó el domingo el ministro israelí de Relaciones exteriores, Yuval Steinitz.

Los palestinos, por su parte, insisten en el fin de la ocupación de su territorio, pero aceptan el despliegue de una fuerza internacional, una opción rechazada por Israel, que además exige que el estado palestino sea un estado desmilitarizado.

Según medios de comunicación árabes e israelíes, Estados Unidos habría propuesto el mantenimiento de las fuerzas israelíes en la frontera entre Cisjordania y Jordania durante 10 o 15 años tras la firma de un tratado de paz. Los palestinos rechazan esta propuesta.

Por su lado, Netanyahu acusó a los palestinos de incitar al odio contra los judíos.

“Los palestinos continúan su campaña de incitación al odio como lo vimos en estos últimos días con su oposición al reconocimiento de Israel como estado del pueblo judío”, dijo Netanyahu en la reunión dominical del consejo de ministros.

En Jerusalén, Kerry indicó también que Estados Unidos apoya a Irak en su lucha contra los milicianos vinculados a Al Qaida pero el combate en el campo de batalla es responsabilidad del gobierno iraquí.

“Vamos a ayudarlos en su lucha, pero es una lucha que al final van a tener que ganar ellos y estoy seguro de que pueden”, dijo Kerry a la prensa, al día siguiente de que el Estado Islámico en Irak y Levante (EIIL), grupo vinculado a Al Qaida en Irak tomara el control total de la ciudad iraquí de Faluya.