Barack Obama recibirá este jueves a los líderes republicanos del Congreso, una semana antes de que la crisis presupuestaria se agrave con el vencimiento del plazo para aumentar el techo de la deuda, que desencadenaría un default sin precedentes de Estados Unidos.

Los republicanos, y fundamentalmente el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, se reunirán con Obama en la Casa Blanca, aparentemente sin intención de ceder terreno en el choque con el gobierno por el presupuesto.

Se analizan varios escenarios posibles para una salida de la crisis, entre ellos una ley para financiar a corto plazo al gobierno y un aumento temporal del techo de la deuda, pero la estrategia que podría adoptarse aún está lejos de estar finalizada.

Signo de la desconfianza que reina entre la Casa Blanca y los republicanos, es que ni siquiera lograron ponerse de acuerdo sobre los participantes al encuentro previsto en el Salón Roosevelt.

Boehner quiere concesiones

Obama invitó a todos los miembros republicanos de la Cámara baja, pero éstos, acusando al presidente de no tener la intención de negociar seriamente, declararon que solo los líderes del partido, y no los parlamentarios de base, responderán a la invitación.

Un portavoz de Boehner dijo que solo 18 “negociadores” visitarán la Casa Blanca el jueves. “Un encuentro solo vale la pena si está destinado a encontrar una solución”, dijo Brendan Buck.

La Casa Blanca reaccionó vivamente. Obama “está decepcionado por el hecho de que Boehner impide a los miembros de su grupo venir a la Casa Blanca. El presidente pensaba que era importante discutir directamente” con ellos, afirmó su portavoz, Jay Carney.

El miércoles en la tarde, Obama comenzó a mantener encuentros con los legisladores para intentar salir del atolladero.

Tras reunirse con 200 demócratas de la Cámara de Representantes, la Casa Blanca reiteró su llamado a Boehner, responsable del orden del día en la Cámara baja, para que organice una votación lo antes posible sobre el presupuesto y el aumento del techo de la deuda.

Obama afirma que hay suficientes republicanos moderados que se unirían a los demócratas en la Cámara de Representantes, de 435 miembros, para lograr una mayoría.

Pero Boehner, parte de cuyas tropas pertenecen al movimiento ultraconservador Tea Party hostil al compromiso, exige concesiones del gobierno en materia de gastos sociales, sobre todo con respecto a la reforma de la salud promulgada en 2010.

Esta crisis sin precedentes desde 1996, que este jueves entra en su décimo día, se profundiza con la amenaza de una cesación de pagos de Estados Unidos si no se sube el techo de la deuda para el 17 de octubre, algo sin precedentes que alarma a los mercados y a los gobiernos extranjeros.

Cumplido ese plazo sin un aumento del tope de endeudamiento, actualmente fijado en 16,7 billones de dólares por el Congreso, la primera economía del mundo no podrá hacer frente al pago de parte de sus acreedores ni emitir deuda.

La Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a los 34 países más industrializados del mundo, se unió el miércoles a las advertencias y estimó que los países desarrollados volverán a caer en recesión si Estados Unidos no logra aumentar el límite legal de la deuda.

Algunos mercados mundiales, alarmados por el bloqueo en Washington, recibieron no obstante esperanzados la designación de Janet Yellen al frente de la Reserva Federal, pues es considerada favorable a una política monetaria flexible.

Yellen reemplazará a Ben Bernanke al frente de la Fed si es confirmada en el cargo por el Senado, donde los republicanos cuentan con una minoría de bloqueo.

Unos 900.000 funcionarios públicos federales se encuentran de licencia sin goce de sueldo desde el 1º de octubre porque el Congreso no aprobó un presupuesto para el año fiscal 2013-2014, que comenzó en esa fecha.