El Servicio Nacional de Pesca de Los Lagos entregó un positivo balance tras sus permanentes monitoreos a los centros de cultivos de salmones, en materias relacionadas con el virus ISA y el piojo de mar o Cáligus. Reiteró además que los análisis a las plantas de Marine Harvest descartaron toda presencia del químico cristal violeta en los peces.

La trazabilidad de los productos salmonídeos volvió a la palestra, luego que en junio de este año la Agencia Federal de Alimentos y Drogas de Estados Unidos detectara la presencia del químico cristal violeta, prohibido en ambos países, en un cargamento enviado desde Chile por la empresa Marine Harvest.

En este sentido, el director del Sernapesca en Los Lagos, Eduardo Aguilera, confirmó que los análisis hechos en el centro Apiao en Chiloé, donde se cultivaron los salmones en cuestión, descartaron la presencia del fungicida, al igual que los exámenes realizados a la Pesquera Mar Antártico, donde se procesaron los peces.

En contraste, el directivo recordó que la presencia del virus ISA en las regiones de Los Lagos y Aysén es constante desde su detección en el año 2008, enfatizando en que este mal sólo provoca daños a nivel de producción, no así efectos en el ser humano si alguno de estos salmones contaminados llega a ser consumido, algo muy poco probable por los actuales protocolos de seguridad.

Finalmente, el directivo dio cuenta de 43 centros de cultivos de salmones con alta diseminación de Cáligus. Éstos presentaron una carga promedio semanal igual o mayor a nueve parásitos por ejemplar, de los cuales ocho cultivan trucha Arco Iris y los restantes, salmón Atlántico, situación actualmente bajo control, según el directivo.