En actual jefe del Censo, Osvaldo Ferreiro, se refirió a la metodología llevada a cabo por su antecesor para realizar la encuesta, asegurando que él “no repetiría ese tipo de estrategia”.

Ferreiro, quien asumió el cargo el 6 de julio tras la renuncia de Francisco Labbé, indicó que debió hacerse un censo piloto antes de aplicar el proceso con un cambio tan drástico, cosa que “no permitió afrontar muchas de las dificultades” presentadas durante su aplicación.

Respecto a las acusaciones de que hubo manipulación de datos, el encargado de la medición nacional aseguró que no existen evidencias que prueben esto, ya que no se creó información nueva.

En entrevista con La Tercera, sostuvo que lo ocurrido fue que no se hizo distinción de las viviendas no censadas, las que se incluyeron en los resultados finales, pero que en ningún caso se inventaron números ni respuestas.

Así, explicó que se puede “volver hacia atrás y dejar solamente la población censada”, porque “la base final está perfectamente codificada, donde se señala la población censada de moradores ausentes y no logradas”.

“Si hubo intención dolosa o no, es un punto de vista que tiene que ver la Fiscalía. ¿Hubo manipulación? No puedo responderle. Desde mi perspectiva, hay que ver si hubo intención de engañar o fue simplemente un error”, añadió.

Por otra parte, sobre el informe que la Comisión Externa Revisora del Censo presentará el 8 de agosto al Gobierno puntualizando su diagnóstico sobre el proceso realizado, Ferreira expresó que “creo que se va a pronunciar sobre todo el proceso en su conjunto y, ciertamente, va a emitir recomendaciones”.

“Si la comisión se manifestara muy en contra del levantamiento del Censo, ahí habría ver qué hacemos, ver si se anula o no, pero creo que no vamos a llegar a ese punto”, agregó la autoridad.