El ministerio de Justicia brasileño puso este miércoles a disposición del estado de Santa Catarina 300 cupos en cárceles federales para trasladar a presos, una medida que podría ser utilizada para paliar estallidos de violencia en esa zona que ya dejaron un muerto.

“Aún no se puede hablar de número o de nombres” de quiénes podrían ser transferidos, declaró en rueda de prensa el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, tras una reunión en Brasilia con el gobernador Raimundo Colombo.

“Sólo hay que decir que los cupos están disponibles. Hay 300 abiertos”, añadió.

Santa Catarina enfrenta desde finales de la semana pasada un estallido de violencia con unos 60 ataques criminales como la quema de autobuses o tiros contra estaciones policiales en una veintena de municipios, según reportes de las autoridades citados en la prensa.

Un presunto delincuente de 22 años fue abatido en un enfrentamiento con la policía en Joinville, en el norte del estado, durante el fin de semana.

Por ahora no está previsto el envío de refuerzos policiales, informó el gobernador, que negó que los ataques estén vinculados a un video difundido por la prensa el fin de semana pasado que mostraba a policías agrediendo a presos en una cárcel de Joinville, reportó el portal del diario Folha de Sao Paulo.

Sin embargo, dijo que ocho policías fueron apartados de sus funciones y que habrá “castigos rigurosos”, citado por Folha.

Por ahora no está previsto el envío de refuerzos policiales, informó Colombo.

Brasil, con casi 200 millones de habitantes, se prepara para acoger dos megaeventos deportivos: en 2014 el Mundial de Fútbol y dos años después los Juegos Olímpicos en Rio de Janeiro. En 2013 tendrá una prueba previa al organizar la Copa Confederaciones de fútbol.

Las autoridades de Santa Catarina relacionan estos ataques a una operación contra el narcotráfico y una pandilla carcelaria. Según Colombo, ya hay 32 personas detenidas por estos hechos.

Un reciente comunicado de la secretaría de Seguridad Pública de Santa Catarina dijo que el origen de estas acciones recae en cabecillas de un grupo criminal local integrado por delincuentes que operan desde prisión conocido, como Primer Grupo de la Capital (PGC).

En noviembre pasado Santa Catarina registró ataques similares con una decena de atentados.

En el estado de Sao Paulo, el más poblado de Brasil con 42 millones de habitantes, un estallido de violencia dejó más de 300 muertos entre octubre y diciembre pasado.

Medios y algunos analistas brasileños coincidieron entonces al atribuir la violencia de Sao Paulo a un nuevo episodio de la guerra no declarada entre la policía militar del estado y el grupo criminal PCC cuyos líderes también operan desde la cárcel.

Entonces se recurrió al traslado de presos de mayor peligrosidad desde cárceles locales a otras federales.