El tráfico de autos de lujo y cigarrillos se encuentra al alza en Azaz, una localidad fronteriza del norte de Siria, la que cuenta con un mercado negro floreciente desde el inicio del conflicto en marzo de 2011.

Según Abu Ahmad, quien maneja una red de automóviles, aseguró que por 4.000 o 6.000 dólares se puede adquirir un BMW o un Mercedes es muy buenas condiciones y con todos los papeles.

Sus principales clientes son rebeldes, lo que representa un grave problema para el empresario, ya que deben hacerle a precios especiales e inclusive deben regalarlos, porque simplemente no están dispuestos a pagar por ellos.

“Son muy pocos los sirios que vienen a comprarnos coches porque la mayoría no tiene dinero ni para comer, así que les resulta imposible comprar un coche por 4.000 dólares”, expone Abu Ahmed.

Otro elemento que prospera en la región es el carburante comerciado por Abu Ismael y su hermano Hamid.

“Compramos el diesel y la gasolina en los mercados negros de Hama y Arraka, son zonas que están bajo control del ejército y allí no faltan suministros, por lo que los contrabandistas están haciendo un negocio redondo. Se los compran al régimen y nos lo revenden a nosotros por un precio muy superior”, cuenta Abu Ismael, ex estudiante de filología árabe.

“En las últimas semanas apenas damos abasto. Con el frío la gente ha comenzado a encender las estufas y cada pocos días tenemos que ir a buscar más suministros porque los agotamos”, relata..

Sin embargo, no representa una ganancia ni para los comerciantes ni para los compradores, ya que la guerra ha disparado el precio de los combustibles.

El tabaco es el producto estrella en el barrio de Ban Al Nera, en Alepo, en particular el importado desde Irak.

En el pasado, el tabaco llegaba también desde Homs, “pero desde que empezó la guerra, el régimen ha cortado esta vía de abastecimiento y ya no llegan mercancías desde allí”, indica este empresario que gana alrededor de 3 dólares semanales en beneficios con los que tiene que alimentar a cinco bocas.