Vecinos de la termoeléctrica Bocamina II de Coronel acusan a la empresa de ser los responsables de ruidos molestos que no los dejan vivir. Las fuertes vibraciones, producto dicen de los trabajos al interior de la planta, han provocado sordera y cuadros depresivos en los habitantes del sector ‘La Colonia’.

Con tapones, audífonos y pastillas los vecinos tienen que hacer frente a los fuertes ruidos que ya han generado problemas estructurales en las casas, cerámicos quebrados, ventanas trizadas y serios efectos en la salud de niños y ancianos. Los menores están bajando su rendimiento escolar porque no pueden dormir y los mayores de edad cada vez tienen más problemas para escuchar.

Betty Gómez, vocera de La Colonia, ha tenido una serie de reuniones con ejecutivos de Endesa y asegura que ellos niegan los trabajos de día y de noche. Aún más, les aseguraron que hace dos semanas la central termoeléctrica no está en funcionamiento.

Ruth Vallejos y Simón Pino resumen su calidad de vida como un calvario. Mientras ella ve que sus hijos no se pueden levantar en las mañanas por la falta de sueño, Simón llamó a la comunidad a defender la salud.

La planta Bocamina II ha sufrido una serie de reveces desde que se instaló en Coronel. Los vecinos, cansados de tanta contaminación, han intentado en diversas ocasiones paralizar las faenas, a veces con resultados positivos, otras con desiluciones y resignación.