Como un descaro o una revancha política calificaron dirigentes políticos el nuevo cargo que asumirá el ex alcalde de Hualpén Marcelo Rivera. Y es que la alcaldesa electa Fabiola Lagos, pese a la inhabilidad que decretó el Tribunal Electoral, lo designó como su jefe de gabinete.

Las críticas emanaron hacia las opciones políticas que adopta por estos días el clan Rivera, blindado por la dirigencia local del PPD y el diputado Cristian Campos. Dirigentes que optaron por reforzar la figura del ex alcalde, primero en la campaña electoral de continuidad que significó la candidatura de Fabiola Lagos y ahora, ella como alcaldesa y su empoderamiento administrativo de la mano del ex edil como jefe de gabinete.

La determinación fue adoptada un día después de confirmarse el juicio oral para el 21 de diciembre por delitos de corrupción pública en contra de Rivera y su hijo ex concejal, además de funcionarios también del PPD. Un anuncio que fue considerado como una revancha política, quizás una pequeña venganza a los detractores del sector guirardista.

Desde Renovación Nacional, su presidente juvenil Patricio Arancibia aseguró que se quejará y pedirá a la directiva nacional poner ojo en la determinación. Más aún, recurrirán a Contraloría y al Tribunal Electoral para conocer si la inhabilidad de ejercer cargos públicos se extiende a esta plaza.

El senador Alejandro Navarro, pese a manifestarse concialiador en términos de la presunción de inocencia judicial, en el plano de la política también lanzó sus críticas a la definición.

Retrucó el presidente regional del PPD Rodrigo Daroch, afirmando que Rivera no está impedido de ejercer como jefe de gabinete. Argumentó la legislación que ampara el desempeño de Rivera, con lo que evidenció un estudio premeditado del escenario político y las posteriores reacciones.

Aún queda paño que cortar a la espera de que asuma Fabiola Lagos como alcaldesa; se inicie el juicio oral en lo penal y el Tribunal Electoral explique a las partes con detalle qué significa la inhabilidad decretada respecto de un notable abandono de deberes cuando Rivera ejerció como alcalde.