El pirata informático británico Gary McKinnon, que sufre una grave enfermedad, no será extraditado a Estados Unidos, anunció el martes la ministra británica del Interior Theresa May, al cabo de una batalla legal de diez años.

“El señor McKinnon está acusado de delitos graves, pero tampoco hay duda de que está gravemente enfermo”, dijo Theresa May, al comparecer ante la Cámara de los Comunes. Su extradición violaría sus derechos humanos, ya que existe un gran riesgo de que intente suicidarse, agregó la ministra.

Gary McKinnon, de 46 años, quien sufre del síndrome de Asperger, una forma de autismo, reconoció que había pirateado decenas de computadoras del ejército de Estados Unidos y de la NASA en 2002, pero que lo había hecho con el único fin de encontrar pruebas de la existencia de extraterrestres.

Acusado de ser el autor del acto de “piratería más importante de todos los tiempos en el sistema informático militar” estadounidense, McKinnon era pasible de una pena de 60 años en Estados Unidos, sostenían sus defensores.