El presidente alemán, Joachim Gauck, acudió este miércoles a la República Checa para rendir homenaje a las víctimas de la masacre perpetrada por los nazis en junio de 1942, en el pueblo de Lídice cerca de Praga.

“Es importante hablar de este pasado sangriento y terrorífico”, declaró Gauck en Praga, durante una rueda de prensa conjunta con su homólogo checo, Vaclav Klaus. “Resulta fundamental hablar de una gran culpabilidad, y nosotros asumimos una gran responsabilidad en los actos cometidos”, subrayó.

Gauck, que efectúa su primera visita a Praga desde su elección en marzo como presidente de Alemania, acudirá a Lídice más tarde este miércoles, en compañía de Klaus.

“Tenemos que demostrar nuestro respeto y nuestro duelo por todos aquellos que se vieron afectados por las anteriores generaciones de alemanes”, declaró el jefe del Estado alemán.

Situado a 20 kilómetros al oeste de Praga, el pueblo de Lídice, de 500 habitantes, fue arrasado por los nazis el 10 de junio de 1942.

Los hombres mayores de 16 años fueron fusilados, las mujeres deportadas al campo de concentración de Ravensbrück y unos cien niños separados de sus madres. Estos fueron enviados al campo de Chelmno, en Polonia, donde la mayoría murieron asesinados.

El 24 de junio del mismo año, los nazis incendiarion el pueblo de Lezaky, a 100 kilómetros al este de Praga, y fusilaron a 30 de sus habitantes adultos y matando a 11 niños en las cámaras de gases.

Estas dos masacres se produjeron como represalia al atentado mortal, cometido el 27 de mayo de 1942 en Praga, contra el gobernador de la Bohemia-Moravia, ocupada por el III Reich.

Tras la guerra, el gobierno de Checoslovaquia decidió construir un nuevo pueblo de Lídice, a varios cientos de metros de su emplazamiento original, donde se creó un memorial con la fosa común de los hombres fallecidos, el museo y las estatuas dedicadas a los niños que murieron.