Centenas de personas protestaban el domingo en la plaza Tahrir de El Cairo contra la absolución de seis jefes policiales en el juicio del ex presidente Hosni Mubarak, que pasó su primera noche en prisión tras ser condenado a cadena perpetua por la represión de la revuelta de 2011.

La conclusión de este juicio tensa un poco más el clima de la segunda vuelta de las presidenciales, los 16 y 17 de junio, que enfrentarán al candidato de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Mursi, al último primer ministro de Mubarak, Ahmed Shafiq.

Mubarak, de 84 años, pasó la noche en el ala médica de la cárcel de Tora, un barrio de la periferia sur de El Cairo, después de haber permanecido en detención preventiva en un hospital militar hasta la sentencia.

Centenas de personas estaban concentradas en un ambiente tranquilo durante la mañana en la plaza Tahrir, tras pasar la noche en este lugar emblemático de la revuelta de principios de 2011, donde se reunieron unas 20.000 personas la víspera.

“Pensamos quedarnos hoy y quizás mañana. Esperamos a mucha gente durante la jornada”, afirmó a la AFP un manifestante, Omar Abdelkader.

“Mucha gente tuvo el sentimiento al escuchar el veredicto que habíamos regresado a la época del antiguo régimen”, estimó Feda Esam, un estudiante presente en la plaza.

Los manifestantes levantaron un pequeño monumento funerario que reproducía un cementerio en miniatura con tumbas de piedra y de arena en homenaje a los “mártires” caídos en la plaza durante la revuelta contra Mubarak.

En una banderola, se podía leer: “Mártires, en nombre de vuestra sangre tendremos una nueva revolución”.

La justicia condenó el sábado al ex presidente y a su ministro del Interior Habib el Adli a cadena perpetua, cuando la fiscalía pidió la pena de muerte.

El tribunal también absolvió a seis ex jerarcas de las fuerzas de seguridad, juzgados también por la muerte de unas 850 personas durante la revuelta contra el régimen de Mubarak a principios de 2011.

La justicia declaró prescritos los cargos por corrupción a los que se enfrentaban los hijos de Mubarak, Alaa y Gamal, por lo que tampoco fueron condenados. Permanecen sin embargo en detención a la espera de otro juicio por malversación de fondos.

Algunos consideran el veredicto demasiado clemente y reclaman la muerte por la horca de Mubarak, tal y como lo pidió la fiscalía durante el juicio.

Pero las mayores reacciones las provocó la absolución de los seis antiguos jefes de las fuerzas de seguridad de Mubarak, considerada como un mensaje de impunidad dirigido a una policía muy criticada, acusada de violaciones a gran escala de los derechos humanos.

“La cadena perpetua para el faraón y su ministro, pero los policías quedan exculpados”, titulaba el diario gubernamental al Ahram, que escribía también que “la ira invade Egipto por la falta de castigo para los asesinos de los mártires”.

Para el independiente al Shoruq, “Mubarak está condenado, su régimen absuelto” y “los revolucionarios están de nuevo en Tahrir”. Al Watan (independiente) estimaba que “Egipto vuelve al 25 de enero”, fecha del inicio de la revuelta contra Mubarak el año pasado.

Primer dirigente depuesto por la “primera árabe” en comparecer en persona ante la justicia, Mubarak era juzgado desde el 3 de agosto de 2011 y se declaró inocente. Uno de sus abogados anunció el sábado a la AFP que su cliente apelará la decisión.